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Amauta 69 ner su marcha, su calda, su aplastamiento. La desocupación, junto a otros síntomas idénticos, es la expresión cabal y neta de este tercer período capitalista de descomposición.
El criterio aducido por innumerables economistas de mentalidad democrático reformista y social evolucionista, de que el período de crisis del capitalismo se ha sobrepasado y ha logrado tomar nuevas vías y nuevas fases que aseguran y garantizan su estabilidad, está rotundamente desmentido por la situación que ahora atraviezan todos los países del mundo. La realidad capitalista actual es tan típicamente crítica, tan caracterizadamente aguda en su desquiciación que ninguna opinión ajena a esa realidad, distante demasiado de los hechos que palpamos tiene ya cabida en el seno de las masas proletarias. La superproducción, el estancamiento industrial, la desocupación son males crónicos que nadie que no siga atentamente la línea marxista puede negarlos ni ocultarlos.
La presente c:isis capitalista es diferenciable, en sus formas y sentido, de las tituladas crisis normales pre bélicas. En la ante guerra, los trastornos económicos del capitalismo se producían con regularidad periódica, se producían conforme a ciclos bien determinados. La tesis marxista a este respecto, marcaba ese carácter de periodicidad de ellas. Las crisis normales de la producción capitalista escribe Bukharin en su info me ya citado. eran crisis periódicas que se repetían a intervalos más o menos regulares y que se producían según un esquema bien definido. Así estábamos en presencia de ciclos de desenvolvimiento en el seno de los cuales alternaban las diferentes fases y que, por conse cuencia, seguían una curva de coyuntura económica de las mejor definidas. Ahora bien, la curva de coyuntura en el período de post gueTyra, reviste un carácter diferente. El período mismo del ciclo industrial hace aparecer otra ley y por tanto, una naturaleza diferente de las crisis en relación a las crisis normales de ante guerra. Este desarrollo es irregular en el más alto grado, interceptado por movimientos brusNo es posible hablar aquí de periodicidad en el verdadero sentido de la palabra. La curva del desenvolvimiento está marcada por un carácter febril, enfermizo: la regularidad que ella la característica de las viejas crisis no se manifiesta más.
No puede, pues, hablarse jamás de debilitamiento, de extinción de estas crisis que en la hora presente atravieza el capitalismo. Sus perspectivas son desconsoladoras pa a el propio sector burgués que quiere deducirlas de la realidad y que se irán desarrollando con más fuerza, con más imperativa compulsión desquiciativa, disgregadora. El panorama de la época así lo p:oyecta, así lo postula, así lo prevee.
cos.
10 ¿Hasta gué límite puede llegar el movimiento de los desocupados. Es una cuestión que llegará a solucionarse satisfactoriamente para la seguridad del régimen capitalista o presenta todos los caracteres de hacerse insoluble, de adquirir contornos verdaderamente trágicos, pavorosos que hagan más precipitada la carrera de bancarrota en que hoy se ha lanzado el Capitalismo Contemporáneo? Verificado el examen de la calidad bajo puntos de vista ortodoxamente marxistas, estrictamente revolucionarios, las conclusiones a deducirse son rotundas y definitivas. No puede haber válvula de escape para este morbo crónico que más se agudiza y cada día se a nplía. El ejército de los desocupados,