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Amauta 61 namental admite que el promedio del salario, por semana, de la obrera textil, en Alabama, es de 11, 88 dólares; en South Carolina, de 12, 32 dólares; en Georgia, 12, 77 dólares; y en North Carolina 14, 62. El salario, en New England (Estados de Nor Este. es más alto. El salario más elevado es de 20, 31 por semana, èn New Hampshire, pero la rebaja de 1924 a 1928, fué superior aún en New England que en el sur. El Bureau Federal hace el siguiente comentario: Esta diferencia de rebaja de salarios entre las dos secciones (Norte y Sur. por un declive en el norte en lugar de un avance en el sur, se encaminó hacia una gran desventaja para los trabajadores en toda la industria textil, por lo que la escala de salarios en el sur estaba a un nivel más bajo al fin de los cuatro años, y según los tipos de 1920 había muchas más mujeres empleadas en los Estados del Norte que en el Sur.
Massachussets fué mucho más afectado en la reducción de salarigs, con 18 en los últimos cuatro años. Casi la mitad de los trabajadores textiles, son mujeres, por lo que se deduce que el signficado de esa rebaja de salarios es muy remarcado.
Los obreros de Sudamérica, pueden comprender mejor el nivel bajo de estos salarios, en Norte América, cuando se imaginen que los dólares deben transformarse en términos de capacidad adquisitiva, al comprar alimentos, vestidos y vivienda. El presupuesto mínimo para poder vivir, decente y saludablemente, una familia pequeña, según expertos en estadística, nos encontramos que los salarios son más bajos aún comparados con un magro standard de vida. Este hecho está bien indicado por Robert Dunn, y Jack Hardy, en su libro Labor and Textil, Si comparamos los presupuestos con los salarios efectivos en las fábricas de algodón, de 1928, el presupuesto en Fall River, de la National Industria Conference Boad, es de 26 por ciento superior al salario total efectivo de los trabajadores en las fábricas de Massachussets. En Lawrence es de 28 por ciento. En el sur estas diferencias son aún más pronunciadas. Para satisfacer las necesidades más inmediatas, los obreros de Grenville, South Carolina, necesitan 139 por ciento más de lo que actualmente ganan.
Los obreros de la compañía Pelzer, en South Carolina, necesitarían 139 por ciento más de lo que ganan; en Charlotte, North Carolina, 94 por ciento más si ellos viviesen en casas de la misma compañía y 121 por ciento más, en casas privadas.
Para ganar este salario que les impida morirse de hambre, los obreros textiles son obligados a trabajar muchas horas en las fábricas bajo condiciones pésimas de salud.
No existe uniformidad entre los estados, en cuanto se refiere las horas de trabajo o en leyes que establezcan la jornada máxima de trabajo, cuyas horas son de 48 a 74 semanales. El promedio semanal es de 50 horas. El trabajo nocturno es muy común en las fábricas textiles de los Estados del Sur, y en varios estados del Norte. No existe un estado que prohiba, por ley, el trabajo nocturno de las mujeres. Una tercera parte de la industria textil trabaja de noche.
Las contradicciones absurdas del capitalismo, se hacen ver claramente en estas largas jornadas de trabajo y de doble equipo, por lo que la debilidad básica de la industria textil en los Estados Unidos, es la superproducción. Con el exceso de la capacidad productiva y exceso de producción en toda la industria muchas fábricas, funcionan por equipo doble, mientras que otras están cerradas o trabajan parte de los dias a