BourgeoisieCominternCommunismMarxismSocialismVíctor Raúl Haya de la TorreWorking Class

44 Amauta negado italiano Papini, se coge al toro por los cuernos y se llama las cosas por su nombre.
Cuando los comunistas rusos, únicos realizadores hasta hoy, del marxismo, tomaron el poder, socializaron inmediatamente la tierra y las fábricas, organizando la producción socialista. Nacionalizar puede ser sinónimo de socializar, pero a condición de que sea el proletariado el que ocupe el poder por medio de una revolución. Cuando se dicen ambas cosas: Nacionalización, y en manos del proletariado triunfante, del nuevo Estado Proletario, se está hablando marxistamente. Pero cuando se dice a secas nacionalización, se está hablando con el lenguaje de los reformistas y embaucadores de la clase obrera. Toda la pequeña burguesía está de acuerdo con la nacionalización de las Industrias que les hacen competencia, y hasta los laboristas ingleses y los conservadores sus aliados, discuten sobre la Nacionalización de las minas. En Alemania, en Francia y en los Estados Unidos hay industrias nacionalizadas. Sin embargo, no se puede afirmar que Coodilge o Hindemburg sean marxistas.
La cuestión de la Internacionalización del Canal de Panamá.
No solamente el lema es oscuro, sino hasta peligroso. Todos sabemos lo que se entiende por internacionalización en Europa y en América, en materías como esta. Internacionalización, como la de Tánger, por ejemplo, es poner en manos de varias naciones imperialistas un punto estratégico que no conviene posea una sola. No hay idea más popular en Inglaterra que la internacionalización del Canal de Panamá, es decir, la idea de ponerlo bajo el control de otras naciones, además de los Estados Unidos. Un imperialista inglés suscribiría, el programa del ARPA en este punto y un revolucionario de este Continente no vería en él más que una palabra vacía y sin sentido.
LA ORGANIZACION DEL CAMOUFLAGE En la Guerra Europea se hizo popular la palabra camouflage.
Significa el disfraz que se hacía de las armas y de los lugares para engañar al enemigo. Los maestros en el arte del camouflage son los arpistas. Pero no solamente engañan al enemigo, sino a ellos mismos.
No llegan (cálculo exacto y desa pasionado) a tres docenas de personas, en su casi totalidad estudiantes y poetas. Pero son capaces de afirmar en las entrevistas con los ministros de Gobierno que tienen 30, 000 afiliados. En la prensa se autosugestionan y hablan, con una seriedad que causa espanto por lo cínica, de células, centrales y Comités en este o aquel país.
Han pretendido copiar en la forma y en las palabras la organización de la Internacional Comunista, como si por ponerse para sus reuniones el overol de mezclilla ya fueran proletarios y dejaran de ser intelectuales divorciados de la masa obrera. El Comité Ejecutivo ha residido en Londres. Si un hombre es un Comité y ese es Haya de la Torre oyendo lecturas fabianas y conversando en Bertrand Russel, el ARPA tiene razón. En París hay una célula bastante numerosa de estudiantes y obreros. Si unos diez artistas de instrumentos musicales peruanos son una célula bastante numerosa. también tienen razón arpistas. Sobre lo que tienen en la América, que respondan los que en América viven inclusive los revolucionarios sinceros del Perú, estudiantes y obreros. Ellos dirán dónde está ese formidable partido revolucionario. Hace meses que