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Amauta 33 bros de las colkoses que son ahora los cuadros principales de ellas y que merecen ser llamados los héroes del movimiento de colectivización.
Los campesinos que se han salido de las colkoses, no disfrutarán de estos favores. No está claro, pues, que se equivocan los campesinos que se salen de las colkoses. No está claro que no pueden asegurarse el disfrute de estos favores más que con el retorno a las colkoses?
Octava pregunta. Qué se debe hacer con las comunas, disolverlas?
Respuesta. No. Eso no es necesario. Me refiero, naturalmente, a las comunas reales, no a las del papel. En los distritos productores de trigo de la Unión Soviética, hay un número de excelentes comunas que merecen estímulo y sostén. Recuerdo, por ejemplo, de aquellas viejas comunas que han sostenido años de prueba, acerándose en la lucha y, por consiguiente, justificado su derecho a la existencia. En cuanto a las comunas nuevas, formadas recientemente, estarán en condiciones de subsistir únicamente cuando se hayan organizado de manera espontánea, con la adhesión activa de los campesinos, sin el uso de los métodos coercitivos de socialización de las condiciones de vida.
La formación y administración de las comunas es asunto intrincado y difícil. Habrán comunas grandes al par que sólidas únicamente cuando haya cuadros y líderes probados. La transición ultrarrápida de la estructura de un artel al de una comuna no traerá otra consecuencia que la repulsa del campesino hacia el movimiento de la colectivización agrícola. De aquí que este asunto hay que abordarlo con especial atención y al margen de precipitaciones inútiles. El artel es una forma elemental y mucho más accesible a la mentalidad de la gran masa de campesinos. En el momento actual, por eso, el artel es el tipo más común del movimiento de colectivización del campo. Solo en la medida en que los arteles sean fortalecidos y consolidados se habrá creado la base de un movimiento de masas de los campesinos hacia las comuLa Comuna, que constituye una forma superior, es el eslabón más importante del movimiento de colectivización del futuro.
Novena pregunta. Cuál debe ser la posición frente al kulak?
Respuesta. Hasta aquí, la cuestión del campesino medio absorbió nuestra atención. El campesino medio es un aliado de la clase trabajadora y debemos ejercer una política amigable con respecto a él. Distinto es el caso del kulak. El kulak es un enemigo del poder soviético.
No tenemos ni podemos tener paz con él. Nuestra política hacia el kulak está enderezada a liquidarlo como clase. Lo que no significa, desde luego, que sea posible liquidarlo de un golpe, sino, antes bien, que procederemos gradualmente a sitiarlo hasta acabar con él.
Lenin dijo lo que sigue refiriéndose al kulak. Los kulaks son los explotadores más ferozmente crueles y salyajes que en la historia de otros países, más de una vez han restaurado el poder de lo grandes terratenientes, de los zares, del clero y de los capitalistas. Hay ciertamente más kulaks que latifundistas y burgueses; no obstante aquellos son una minoría de la población. Durante la guerra, estas sanguijuelas se enriquecieron a costa de las apremiantes necesidades del pueblo. Acumularon millares y centenas de millares de rublos, elevando el precio del trigo y otros productos. Estas arañas engordaron a costa de los campesinos arruinados por la guerra, nas.