18 Amauta el 20 de febrero de 1930 hemos realizado más del 200 de las previsiones del plan quinquenal. Es un hecho que las economías colectivas almacenaban ya el 28 de febrero, más de 18 millones de quintales de semillas de primavera, es decir, más del 90 del plan, o sea, en números redondos 220 millones de pouds. Es preciso reconocer que el almacenaje de los 220 millones de pouds de semillas por las economías colectivas es, después de la victoriosa realización del almacenaje de trigo, un éxito formidable. qué testimonia esto? Que puede considerarse asegurado el viraje decisivo del campo hacia el socialismo.
Es innecesario subrayar que estos éxitos son de la mayor importancia pa a nuestro país, para toda la clase obrera en tanto que fuerza dirigente de nuestro país y, en fin, para nuestro propio partido. Estos éxitos son, no sólo resultados prácticos inmediatos, sino que tienen también una formidable importancia para la vida interior de nuestro partido, pa a su educación. Llenan a nuestro partido de seguridad y de fe en sus propias fuerzas. Refuerzan la confianza del proletariado en la victoria de su propia causa, hacen afluir a nuestro partido nuevas reservas que se cuentan por millones.
De aquí se desprende para nuestro partido la tarea de afirmar los éxitos obtenidos y utilizarlos sistemáticamente para la próxima ofensiva.
Pero los éxitos tienen también su lado negativo, principalmente cuando son obtenidos de una manera relativamente fácil. inesperada por decirlo así. Estos éxitos engendran el orgullo y la fatuidad: podemos hacerlo todo. todo es fácil para nosotros. Estos éxitos enervan frecuentemente a la gente, se les suben a la cabeza haciéndoles perder el sentido de la realidad. Se presenta la tendencia a sobreestimar las propias fuerzas y a subestimar las del adversario, se hacen tentativas aventureras para resolver, en un abrir y cerrar de ojos todas las cuestiones de la edificación socialista. No se preocupan de afirmar los éxitos conseguidos y de utilizarlos para la ofensiva siguienEl partido debe emprender una resuelta lucha contra estas peligrosas tendencias, perjudiciales para la causa, hasta lograr desterrarlas del partido.
No puede decirse que estas peligrosas tendencias, se hayan enraizado sólidamente en las filas de nuestro partido. Existen sin embargo, y nadie puede garantizarnos que no se consolidarán. si se afirman estas tendencias entre nosotros no hay ninguna duda de que resultará de eso una debilitación apreciable del movimiento de las economías colectivas y podría hacerse real el peligro de una perturbación de este movimiento. Por lo que nuestra prensa está obligada a desenmascarar implacablemente esta tendencia antileninista y otras tendencias análogas. ahora, algunos hechos. Los éxitos de nuestra política de las economías colectivas son explicables, entre otras causas, por el hecho de que esta política se basa en el principio de la entrada espontánea en las economías colectivas y en la apreciación de la diversidad de las condiciones en los diferentes territorios de la Unión Soviética. la fuerza no se pueden crear economias colectivas. El movimiento de estas economías colectivas debe ser activamente sostenido por las masas decisivas de los campesinos. En la determinación del ritmo y de los métodos de la te.