Amauta 13 ha sido, desde este punto de vista, una obra maestra de tinterillismo de los más sagaces y mañosos abogados del mundo.
El programa de Wilson garantizaba a Alemania la integridad de su territorio. El tratado de Versailles separa de Alemania la región de la Sarre, poblada por seiscientos mil alemanes. El sentimiento de esa región es indiscutiblemente alemán. El tratado establece, sin embargo, que después de quince años un plebiscito decidirá la nacionalidad definitiva de esa región. Enseguida, el tratado amputa a Alemania otras poblaciones alemanas para dárse a Poloni y a Checo Eslovaquia.
Finalmente decide la ocupación por quince años de las provincias de la rivera izquierda del Rhin que contienen una población de seis millones de alernanes. Varios millones de alemanes han sido arbitrariamente colocados bajo banderas extrañas a su nacionalidad verdadera, en virtud de un tratado que, conforme al programa de Wilson, debió ser un tratado de paz sin anexiones de ninguna clase.
El programa de Wilson garantizaba a Alemania una paz sin indemnizaciones. el tratado de Versailles la obliga, no solo a la repa;ación de los daños causados a las poblaciones civiles, a la reconstrucción de las ciudades devastadas, sino también al pago de las pensiones de los parientes de las víctimas de la guerra y de los inválidos.
Además, la computación de estas sumas es hecha inapelablemente por los aliados, interesados naturalmente en exagerar el monto de esas sumas. La fijación del monto de esta indemnización de guerra no ha sido aún concluída. Se discute ahora la cantidad que Alemania está en aptitud de pagar.
El programa de Wilson garantizaba la ejecución del principio de los pueblos a disponer de si mismos. el tratado de paz niega a Austria este derecho. Los austraicos, como sabeis, son hombres de raza de tradición y de sentimiento alemanes. Las naciones de raza diferente, Bohemia, Hungría, Croacia, Dalmacia, incorporadas antes en el imperio austro húngaro, han sido independizadas de Austria que ha quedado reducida a una pequeña nación de población netamente germana, netamente alemana. esta nación, el tratado de paz le niega el de echo de unirse a Alemania. No se lo niega explícitamente, porque el tratado, como ya he dicho es un documento de refinada hipocresía; pero se lo niega disfrazada e indirectamente. El tratado de paz dice que Austria no podrá unirse a otra nación sin la anuencia de la Sociedad de las Naciones. dice, enseguida, en una disposición de apariencia inocente, que el consentimiento de la Sociedad de las Naciones debe ser unánime. Unánime, esto es que si un miembro de la Sociedad de las Naciones, uno solo, Francia, por ejemplo, rehusa su consentimiento, Austria puede disponer de si misma. Esta es una de las astutas burlas de sus catorce puntos, que los gobernantes aliados consiguieron jugar a Wilson en el tratado de paz.
El tratado de paz, po.
otra parte, ha despojado a Alemania de todos sus bienes inmediatamente negociables. Alemania, en virtud del tratado, ha sido desposeida no solo de su marina de guerra sino, además, de su marina mercante. Al mismo tiempo, se le ha vetado, indirectamente, la reconstrucción de esta marina mercante, imponiéndosele la obligación de construir en sus astilleros, durante cinco años, los vapores que los aliados necesiten. Alemania ha sido desposeida de todas sus colonias y de todas las propiedades del Estado alemán existentes en ellas: ferrocarriles, obras públicas, etc. Los aliados se han resei vado, además, el derecho de expropiar, sin indemnización ninguna, no