José Carlos Mariátegui

Amauta 91. 0:en ese Santiago Chuco. Ricardo Mar generación. Su obra social, será patínez. Lima. Expresamos dolor ra nosotros los americanos del Perú, profundo muerte, escritor nacional Jo timbre de alarma y mapa de orientasé Carlos Mariátegui. Jacinto Gul. ción y regocijo civil, porque, aquí, por nes, Francisco Ninaquispe donde Dios tragina sus mercancías de ansiedad, queda abierto ese claro hoCARTAS DE ADHESION rizonte que dejara al bajar tanto cielo a su dolor.
Compañero Martínez de la Torre: Por eso el más justo homenaje y la más sincera ofrenda, debe ser. y no saber nuestro recuerdo constante y vigilanpor donde se rajó ese grito, ese es te a travez de su obra y de su vida.
tallido musical de la noticia.
Ha caido como un hombre, en toda En mi provincta de cartón y san la anchura de la palabra, y porque gre, Ud. lo cabe mejor, mucho me supo ser hombre, no fué un elegijor que ese silencio de algodón que do. un providencial. un genio. dilata sus poros insaciables en la voz, calificativos de cáustico humorismo, cuanto nos muerde la injusticia hu por su facilidad de aplicación a cual. mana en carne viva!
quiera calamidad política o literaria Pero es lo inevitable.
Es el mis del país.
mo destino que se desnuda en trage Ud. sabe bien, amigo, cuánto se le dia y en alarido, ante nuestros ojos quiso y cuánto se le admiró por este asombrados e inquietos. Es el des sitio, donde mi corazón y mi espanto, garrón violento de nuestra tabla de no recurre a una algarada de lágriansiedad, a la que nos cogimos con mas inútiles sino más bien a la exploanhelo infantil y con un decidido es ración espiritual, mapa de píritu de liberación.
amistad que me llevara en frase y en. Pero no es la tristeza, la que cariño hacia José Carlos.
nos pone pañuelitos de lágrimas en los Nuestra curiosidad o nuestra pena ojos. Frente a esta ausencia de cris. nos empuja tras el hilo político litetal, el fervor viste el overol de adhe rario de la situación, y nunca hemos sión proletaria, y nos envolvemos en sentido miedo al vacío. Ahora la auuna madeja de preocupación y cálculo, sencia de Mariátegui, on nuestras poante el espectáculo interminable, de siciones, nos dá ou plenitud, porque tanta vida inútil y malvada que pasa va de mucho a nada, la cátedra, las y se detieno, al pie mismo de mi im representaciones o los generalatos de pasible chicle de desesperación. alquiler de nuestros criellos, con la Tras su programa de esperanza, vida o con la muerte.
asomó la ojera de la muerte, pero el Nuestra palabra corte en fervor.
lienzo de cristal de su palabra cubre Mariátegui se ha ido. Queda su obra todas las distancias y sigue en activi que es la tragedia de su propia vida, dad; de la consigna lírica de una cró fuerte e inguebrantable en el dolor, nica, hasta el motín y la barricada en la pobreza y en la agonía.
popular.
nicanor. delafuente.
En Mariátegui había un claro timbre de agitador de multitudes.
Chiclayo Perú.
Para su propio espíritu fué insu Sociedad Hisoano Americana ficiente el tráfico mecánico de su dolencia física, de su mutilación mate Leningrad, Postamt, Caja postal 50.
rial. Ardía en la metáfora insurgen25 de abril 1930.
te, en el adjetivo beligerante y en la Nº. 27.
actitud polémica.
Muy compañeros nuestros: Se dará el caso, de que su nom Muy honda, muy triste emoción bre sea la voz de órden de nuestra nos oeasionó la noticia de la muerte