40 Amauta Se ha querido juzgar a José Carlos (así se permiten lamarle los que lo amaban. Muchos han opinado, obligados por la circunstancia; periodistas, literatos profesionales, representativos, consagrados para los cuales es de obligación hablar en cada funeral. otros han opinado también sin ser preguntados. José Carlos Mariátegui fué un literato, un causeur. un humorista; fué un occidental para unos, americanista e indigenista para otros; fué poeta y místico, y sería también, según opinó alguien, un revoltoso criollo, una especie de capitán de montonera, inquieto a caballo de su desbocado sillón.
Pero todas estas definiciones no llegan a preocuparme. Son las definiciones de hombres del pasado o de un presente que está agonizando. Ninguna de ellas sobrevivirá porque nunca ha tenido vida.
Nosotros sabemos que Mariátegui es un revolucionario constructor; dejó para otros la verbosa anárquica disconformidad con el medio. El, visto que el medio no venía hacia él, se fué hacia su verdadero medio, de la burguesía al proletariado. José Carlos es hombre del futuro; el evangelio social económico que él ha promulgado es la primigenia luz para una sociedad en gestación, cuyos primeros movimientos recién se notan en el proletariado peruano. José Carlos ha hablado (literariamente o no) para los que vendrán: su obra no se ha manifestado en las altas capas laureadas; se ha prodigado, se ha sacrificado para dar vida al nuevo Perú. Por eso su labor, hoy obscura, no ha sido vista, entendida, amada por muchos. Hombres del pasado, hombres moribundos no entienden la fecundación del futuro. Como muere la semilla para renacer en espiga, ha muerto José Carlos Mariátegui para renacer en el proletariado peruano.
DIALECTICA POSTUMA DE JOSE CARLOS MARIATEGUI (Viene de la pág. 16)
en to de ingenio y de agudeza (la agudeza, y no la superficialidad, sería la característica de la expresión criolla. ni ha faltado quien lo manunara con un poeta mediocre y un artista en eclosión. para integrar una triada de gente bien intencionada sorprendida por la muerte antes del fructífero desarrollo de su talento, yendo a engrosar las filas de una generación de fracasados.
Muchos ven en Mariátegui al escritor de crónicas literarias brillantes, al glosador inteligente de acontecimientos internacionales. Algunos le conceden una actitud de agitación honrada favor del bienestar del pueblo. Casi todos coinciden en reconocerle cultura piofunda, pureza de vida, serenidad estóica, energía, valor.
En cambio, en otro sector se dice que Mariátegui fué el primero en aplicar a la realidad peruana el método dialéctico del materialismo histórico, que fué el primero en hablar a las masas tabajadoras el lenguaje preciso de la conciencia de clase; sc insiste en que su marxismo teórico, nutrido de experiencia cotidiana, demostró una vez más la falacia de los disfraces tropicales para fenómenos universales; que su vida entera, puesta al servicio de la causa proletaria, siguió una línea recta del verbo a la acción, sin reticencias ni claudicaciones.