BourgeoisieDemocracyJosé Carlos MariáteguiLeninMarxism

36 Amauta con pasión a una obra y a un ideal. Vocablo manoseado y profanado por cuantos falsos profetas y retóricos es este de ideal. Se vacila antes de usarlo. Pero en Mariátegui el ideal era una realidad; era la verdad de su vida. El sí que podía declararse sin jactancia: marxista convicto y confeso. Cada frase que él echaba al papel, cada página escrita por su pluma eran dictadas por una profunda convieción. Nunca disfrazó sus ideas, ni se compuso una actitud que le atrajese la admiración de los demás. Hasta los mismos pecados liteTarios de su adolescencia fueron llenos de sinceridad y de fervor.
Por su nobleza, por su elevación, por su emoción el mensaje de Mariátegui está llamado a perdurar. No en vano hizo José Carlos Ma.
riátegui el sacrificio de su vida salud, bienestar económico de los suyos, tranquilidad, confort a una idea.
Abril 16 1930.
MARIA TEGUI, IDEOLOGO PROLETARIO, por Arroyo Posadas.
Los grandes revolucionarios son objeto, durante su vida, de constantes persecuciones por parte de las clases opresoras; sus enseñanzas provocan una rabia y un odio furiosos y ataques ininterrumpidos en los cuales desespeñan un papel principal la falsedad y la calumnia. Después de su muerte, se hacen tentativas para convertirlos en mansos corderos, para, por decirlo así, canonizarlos, para rodear de gloria sus nombres con objeto de consolar a los oprimidos y engañarlos. En efecto el fin que con ello se persigue no es otro que el de desnaturalizar la esencia real de las teorías y el de mellar el filo de las armas revolucionarias. El Estado y la Revolución. Lenin. JEIVINDICAMOS, ante todo, para nuestro primer teórico marzista su puesto de combatiente de la revolución sociaista. Iniciado desde muy joven en el periodismo superó, progresivamente, la acción renovadora de sus primeros años de luchador; viajando por Europa estudió, en el escenario mismo, la lucha de clases, la lucha entre el proleta: iado y la burguesía. La clase proletaria europea había adquirido una sólida conciencia de clase y se aprestaba a la conquista de sus derechos ante el espectáculo de podredumbre del régimen burgués. La gran catástrofe se había encargado de mostrar en toda su desnudez la organización capitalista de la sociedad en la que no hay más democracia que la irritante desigualdad de las clases.