Amauta 85 firme y tan sincera que en sus cartas no se advierte aún cambio alguno.
Le llama graciosamente el Gran Inquisidor. querido maestro. En una de ellas se despide diciéndole: Besos y cariños sobre tu calvo cráneo, mi lindo niño. 36. Pero llega 1910, y todo esto se desvanece para no volver. En materia de ideas políticas, en lo que se refiere a su fe revolucionaria, Rosa es inflexible, y al ver que de buena o de mala fe Kautsky se extravía, renuncia a aquella amistad de tantos años que le había brindado un segundo hogar, se aparta de su lado, y le presenta francamente batalla. Cómo no había de renunciar a una amistad, por honda que fuese, aquella que estaba dispuesta a renunciar a su propia vida en cualquier momento, si era necesario para el triunfo de su doctrina!
Así, pues, al comenzar la agitación electoral del año 1910, Rosa da al socialismo una palabra de orden. Por la Repúblical. dice. Entonces la atacaron todos los bonzos de espíritu estrecho, incapaces de comprender un pensamiento que tenía alas para alzarse muy alto, y mirada penetrante para ver muy lejos. El escándalo fué grande. cómo. dar a lag masas proletarias semejante objetivo burgués! Ella se explicó, se defendió; dejando marcadas con su garra a muchos. Aquel objetivo había de dar a la batalla electoral en Prusia un giro que la conduciría fatalmete a la revolución. Los Hohenzollern eran el ejemplo más acabado del gobierno capitalista con su expansión colonial y sú política de dominio.
Era preciso buscar para la lucha el campo más propicio de la República.
Rosa comprendió como nadie comprendía entonces, que es preciso seguir el juego cómo sobre un tablero de ajedrez, a base de muchas vueltas pero con un propósito preconcebido. Alguien más grande que ella dijo después La línea de marcha de la Revolución, no es como la Perspectiva Newsky. Su figura se agrandaba por momentos; todo el socialismo europeo, aun atacándola, la respetaba, porque ejercía esa involuntaria sugestión de la inteligencia cuando llega a cierto grado de poder. Millares de bocas repetían el nombre de Rosa Luxemburgo. partir de la revolución rusa de 1905, el proletariado y el pueblo en general habían comenzado a llamarla la Rosa Roja. ella, a pesar de todo, conservaba inalterable su delicada sencillez, el buen gusto de no darse importancia. Durante sus ratos libres se ocupaba mucho de pinkura y de música, por la que sentía una verdadera pasión. Leia a Hafiz, y los versos del persa serenaban dulcemente su alma.
En 1911, como se produjera una de las tantas reyertas entre bolchevikis y mencheviskis en Rusia, reyerta en la que Trotzki jugaba el papel principal, se dirigieron a ella para que la dilucidara, y refiriéndose a este episodio, escribía a Luisa Kautsky: Bah! esperamos que todo esto se arreglará; pero esperándolo, soy yo, inocente cordero, quien es bombardeada a golpes de cartas express y de despachos. Debo explicar si tal o cual cosa es veradera, y cómo es necesario interpretar tal o cual otra, sin contar que yo misma no sé absolutamente nada. 37) Estas palabras tan sencillas demuestran sin embargo la talla internacional que había llegado a adquirir. Continuará. 36) Op. cit. pág. 177. 87) Op. cit. pág. 187 y eig.