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40 Amauta SOS.
tan.
maestro educador de mañana, quien, por tu acción en el medio de los niños, rodearás el alma infantil, sencilla y blanda como la arcilla, de la sutil trama que no se podrá romper ni deshacer, como la del Lobo Fenris.
Se plagia la historia del siglo XVI y se legitima ese plagio afirmando que es una exigencia del sentido histórico.
Para nosotros el sentido histórico es el conocimiento de la historia humana, del margen que separaba las condiciones reales de la existencia y las posibilidades de bienestar de nuestra raza en el planeta; es también la capacidad de influir en ese desarrollo objetivo de las cosas para favorecer el bienestar del hombre. Marx decía. Transforma el mundo. Para nosotros el sentido histórico no es la incapacidad de hacer la historia. No se da pruebas de sentido histórico orientándose hacia la confusión y en el espíritu del siglo XVI.
Ese sentido histórico es simplemente el sentido de la docilidad, el sentido de la sumisión a la reacción.
Hoy un país en donde las cosas van por diferentes caminos. En ese país, los intelectuales, los educadores, no se inclinan ante las poteneias de ese género. Al decir esto no trato de adular a los colegas ruSe me dirá que allá también hay un poder público y que los colegas rusos, en el fondo, se conducen con arreglo a las obligaciones que se les impone. Es verdad, se amoldan a esas obligaciones, pero la diferencia está en que pueden hacerlo con gusto, porque adaptándose a esas obligaciones, es a la vida y al interés del porvenir a lo que se adapSi nosotros tuvieramos un Poder público fuerte y al mismo tiempo capaz de conducirnos, también trabajaríamos con ellos, pues no somos peores. Si; todo es cuestión del Poder público, y porque la Unión Soviética tiene un Poder público progresista, es decir, hoy día orientado en el sentido del socialismo, allí se ha llegado a la separación de la Iglesia y el Estado bajo una forma pura y completa. Se me dirá, quizás, que lo mismo sucede en América; que allí tampoco se enseña ninguna religión en la escuela. Pero hay que notar que, en América, la vida toda está impregnada de religión, que cada día de vacación se enseña religión a los niños y que, de esa manera, están mucho más instruídos en religión que nuestros niños, no obstante darse en la escuela, con la ventaja de que la imposición está disfrazada.
Tenemos ya en América los comienzos del socialismo religioso en sus grandes líneas. En ese país, se quiere mantener todavía la grandeza del capitalismo con una clase de obreros y empleados elevada y, al mismo tiempo, pervertida.
Si consideramos las grandes perspectivas, hemos de reconocer que América acapara a la vez las riquezas del mundo y sus medios de combate, tanto las armas brutales como las armas demagógicas; por eso Amé rica sostiene también la devoción anglosajona. En primer lugar, se trató de incluir a la Unión Soviética en la economía mundial deseada por América, porque la clase obrera rusa, por primera vez, ha hecho la historia. Diciendo esto, no ensalzamos a esta clase más que a los trabajadores de la enseñanza. Pero tenemos ante la vista la situación histórica, y esa situación nos enseña que la clase de los obreros industriales está colocada en la economía en un lugar donde la solidaridad consciente viene a ser una necesidad cotidiana del trabajo, sin la cual los obre