Amauta 29 cribir, Knea a línea, sin tachas casi, versos, hasta alinearlos en un 80neto: Al amor Amors est il mals? est il biens?
Si eres, amor, un bien del alto cielo. Por qué las dudas, el gemido, el llanto, La desconfianza, el torcedor quebranto, Las turbias noches de febril desvelo?
Si eres un mal en el ezquino suelo. Por qué las risas, el arrobo santo, Las horas de placer, el dulce canto, Las visiones de paz y de consuelo?
Si eres nieve. por qué tus vivas llamas?
Si eres llama. por qué tu hielo inerte?
Si eres vida. por qué me das la muerte. Por qué la sombra, si eres luz querida?
Si eres vida. por qué me das la muerte?
Si eres muerte. por qué me das la vida?
1869.
Otros versos nacían, como trasuntos de alguna súbita congoja.
Ensayaba el rondel, caro a Banville, el triolet, la balata y el pantum.
Decía en alguna estrofa; quejándose románticamente: Los sueños del pasado, halagadores, mi alma tornan con vistoso vuelo.
En cierto soneto, titulado Tedio. acentuaba esta nota. el mal oculto que mi ser devora no es el recuerdo del amor perdido. Es un mal sin alivio, ni remedio Como la muerte abrumador, y helado El mal del siglo, el incurable tedio!
Se perfilaba su escepticismo en un triolet: Nada ya del hombre espero Jugueteaba con la rima, al modo galo: Son, Niña Amor tienes un sueño veloz.