12 Amauta bía propiamente espíritu, sentimiento, conciencia de clase. El pasado pesaba lo bastante como para que la balanza oscilase continuamente.
Con la aparición del obrero joven, esta situación se define en un marcado sentido de clase. Tenemos ahora un proletariado. Lo que podemos llamar con toda exactitud proletariado. Son individuos que no han conocido otra etapa que la del trabajo asalariado. La etapa artesanal, campesina o doméstica no tiene ninguna influencia sobre él.
Su mentalidad es una mentalidad de obrero, de trabajador a jornal, de proletario. Se sabe ligado a su clase: el proletariado. Se sabe explotado por una clase: el capitalismo. en el terreno de clase, él llega directamente a la concepción marxista de la lucha de clases, a travez de su propia, de su personal, de su cotidiana experiencia.
Recién hoy comienza a ingresar en la fábrica una generación verdaderamente proletaria. Aparece con ella una tradición. Su posición en terreno más. neto, más definido, crea actualmente dentro del movi. miento sindical dos corrientes: los anarco sindicales, representantes de esta herencia antesanal y anti proletaria, en pugna con los obreros jóvenes, que traen a la acción sindical un pensamiento fresco, una renovación saludable.
Los obreros jóvenes de hoy constituyen para nosotros la primera generación verdaderamente proletaria de que disponemos. Es por eso, que en estos obreros jóvenes, el anarco sindicalismo, el individualismo pequeño burgués, las concepciones libertarias de los esclavos redimidos, encuentran un franco y valiente rechazo. Surje un rudimentario sentimiento de clase, que no percibimos en la generación anterior, y que debemos orientar. Nustra presencia como teóricos marxistas del movimiento obrero en el Perú, es una demostración palpable de la madurez de la nueva generación para trazar rumbos al movimiento sindical, de acuerdo con los grandes intereses históricos y la noble y alta misión de justicia revolucionaria que está llamada a desempeñar.
Es la primera verdaderamente clasista que irrumpe en la actualidad, libre de la influencia de las clases enemigas, segura de sus propias reservas ideológicas, lista a conquistar su propio gobierno y su propia felicidad.
Al impulso de estos jóvenes pionners de la lucha de clases, se demumban los oxidados campeones del anarquismo, del gremialismo, de la confusión pequeño burguesa artesanal, de todos aquellos vicios señalados. Los jóvenes proletarios de hoy han crecido al lado de hombres abrumados por el trabajo asalariado, que sostuvieron luchas importantes contra el capital, que conquistaron una jornada de trabajo menos larga, que hicieron esfuerzos por mejorar su condición y que no pudieron llegar a resultados más profundos por incapacidad, no obstante la sinceridad y abnegación de sus actos.
Frente a esta primera generación proletaria que se presenta en el terreno de la lucha de clases, los antiguos líderes, seniles y reaccionarios, se derrumban estrepitosamente para siempre en el pasado. Han luchado. Han hecho lo que han podido. Rindamos justicia a sus méritos, a sus sacrificios, pero neguémosles todo derecho a sofocar los ideales y la energía combativa de los jóvenes obreros, que harán nuestra historia y nuetra revolución.