CapitalismImperialismInvasion

Amauta plemente formal. El crédito, el sistema bancario, las finanzas, se hallan bajo el control directo del imperialismo. La industria extractiva y agrícola, el comercio de exportación, los transportes, los servicios públicos, están en manos del capitalismo imperialista o se hallan poderosamente controlados por él. El capital comercial y usurario, determinado por estos factores antecedentes, se mueve forzosamente dentro de la órbita del imperialismo. la Deuda Pública, las pesadas hipotecas sobre todas las fuentes presupuestales, el control de los organismos técnicos de la administración pública, completan el cuadro de la dominación económica del imperialismo, en razón directa de la cual se establece y desarrolla la dominación política. En tales condiciones, la independencia nacional queda reducida a un concepto rutinario y vacío, a una fórmula sin validez efectiva alguna. Todo país que atraviesa una situación semejante es una semicolonia y ésta es precisamente la situación más o menos agravada de todas y cada una de las repúblicas latinoamericanas.
Otra de las características fundamentales que distinguen nuestro panorama social, es la supervivencia, dentro de la economía y de las relaciones sociales, del feudalismo y de las formas precapitalistas, y la compleja vinculación de éstas con algunas formas del capitalismo agrícola y mercantil y con las más avanzadas del imperialismo. El sistema y las modalidades capitalistas se han desarrollado y han alcanzado a predominar bajo la invasión imperialista, pero lejos de aniquilar violentamente las anteriores, tratan de utilizarlas conservarlas en lo posible a fin de obtener la realización de una de las finalidades del capital financiero: impedir el desarrollo de una industria nativa en los países conquistados, de economía rezagada, pues este desarrollo industrial entraña una peligrosa concurrencia para la industria y el comercio de la metrópoli.
Todas las demás diferencias que puedan constatarse, de cualquier género que fueren, no forman sino la superstructura de las enunciadas, reposan sobre ellas y constituyen manifestaciones y fenómenos estrictamente determinados por la existencia de estas dos características fundamentales.
El estado semi colonial de América Latina, la supervivencia del feudalismo, y la vinculación de éste con el imperialismo, dan a todos los problemas latino americanos un carácter nítidamente internacional.
Ninguna interpretación histórica, ninguna teoría social, ninguna política pragmática, son posibles sin abordar primordialmente estos fenómeos básicos y esenciales. ellos y las relaciones, formas y factores que determinan son precisamente los que más estrechamente vinculan la realidad de Latinoamérica con la realidad mundial.
El imperialismo no es un fenómeno local, regional o nacional: es una realidad objetiva que envuelve el planeta, que se mueve en un es cenario universal y cosmopolita; la característica sustantiva del capital financiero es su rol, su dinamismo mundial. el hecho predominante en América Latina es irrefragablemente la supremacía del imperialismo y la dominación del capital financiero. Por otro lado, solo un ignorante calificado puede sostener que América Latina permanecerá aislada en sus luchas o que vá a quedarse sola en la solución de sus propios problemas: todas las insurrecciones burguesas, todas las reacciones y contrarevoluciones feudales, todos los candidatos y caudillos filo imperialis