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88 Amauta En su por Germán Arciniegas. Malgrado la Ley de Defensa Social. en Colombia, cumple con la consigna de las vigilantes tribunas de Indo América.
número 144, trae el discurso trascendente del Presidente de la Federación de Estudiantes de Colombia, Diego Luis Córdoba, como un Mensaje condenatorio, como una pulsación de la hora, como. una lamparada de esperanzas y de fuerza porvenirista. Por la Juventud habló el Espíritu de Hispano América, el 11 de julio, del año imperialista, 1929.
La fiesta del Estudiante Colombiano culminó con una manifestación continentalista. El Desfile de Banderas fué un éxito románticamente revolucionario; un signo del futuro histórico de Indo América y un reto verticalmente anti imperialista. Los cables de Yanquilandia lo silenciaron. La prensa capitalista rubricó su complicidad. Los intelectuales burgueses remarcaron su enmarcamiento pasadista y decadente. Pero, la obra de los hombres nuevos jamás queda amurallada. Las fronteras y las distancias desaparecen. Captado por los cuadros vigilantes lo avientan al Mundo; actualizándolo, porque todo lo cons ruído, lo pasado, se hace presente perenne y futuro creador; haciéndose carne, espíritu, en la masa. Tal acontece con la gallarda manifestación del estudiantado colombiano.
Ahondando en su raigambre, se desentraña su trascendencia y su significación. En el proceso revolucionario de Hispano América, adquiere esta manifestación una animación social, política. El Desfile de Banderas a pesar de no significar nada más que el eclosionamiento romántico del alma de la gente nueva que se madurece para la Revolución Social de este Continente, debe interesarnos desde todo punto de vista.
Estos gestos multitudinarios, creadores de optimismo, encendedores de fé revolucionaria, son la clarinada y el amarramiento de roras de u Continente que se rehace y se salva. El Desfile de Banderas adquiere cuerpo y alma continentalistas, en ho ras de quiebras y desesperanzas, significando la muerte del pasado y el nacimiento del Futuro. Por él, el espíritu de Bolívar protesta de tanta claudicación, de tanta inmoralidad de los hombres responsables de los destinos de América. Pudiendo valorarse que el espíritu de Bolívar insufla idealismo y rebeldía a las ánimas jóvenes; y por un proceso maravilloso el espíritu de Lenín. el Espíritu Nuevo, insufla a estos militantes la beligerancia socialmente romántica de un realismo constructor. La juventud de estos meridianos tiende a la unicidad hispano americana, por Bolívar; y, por Lenín tiende a la unificación universal. El Desfile de Banderas significa la protesta contra el Imperialismo saxoamericano, que es una de las manifestaciones de la farsa protéica bautizada con el nombre flamante de Doctrina Monroe. Y, por ende, la condena a los culpables y a los cómplices de la pérdida espiritual, económica y política de las Democracias de Indo América. Adquiriendo por ello una trascendencia histórica en el Panorama Mundial. Y, dando la prueba inicial que los hombres de espíritu socialista harán de América la UNION FEDERATIVA DE LAS REPUBLICAS PROLETARIAS CAMPESINAS. Es decir América, Una en el Mundo Político, Social, Económico, Cultural. esta manifestación del estudianiado colombiano, faltó una mayor beligerancia revolucionaria; declaraciones terminantes de oposición al conservadorismo claudicante y transaccionista y de adhesión abierta al Socialismo; denunciando la crisis definitiva de las democracias. Ella debía haber estado animada por los impulsos del Nuevo Mito que apasiona a todos los hombres de este Mundo que anhelan conquistar el milagro que guarda la RaDe ahí que sea valorada como una gallardía romántica, como justificación de la actitud de nuestro Quijote indoza