Marxism

Amauta 27 DIFICIL TRABAJO, por Xavier Abril.
PENETRACION, AGUJA, PELO, SURMENAJE, ABANDONO, ZA.
PATOS, ARENA, CIELO, INFIERNO, LUZ, SOMBRA, ESQUELETO, PARPADOS, UÑAS, FALTA DE GARGANTA DE CHARLOT Radiografía de Chaplín (1)
39. La cena de Charlot.
LA cena de Charlot para los que no tenemos tradición de estampa católica gastronómica es más interesante y más profundamente humana que la cena de Jesús, que fué espectacular cena de hambrientos, de hombres que esperaban milagros. En cambio, en la de Charlie Chaplín, cena de pura pascua judía, de soledad, de hombre agónico, él se queda solo en la cabaña, entre la oscuridad de velas apagadas, dormidos los nuevos ojos de celuloide del hombre.
En la cena de Charlot no se puede esperar milagros después de la danza de los panes: puro juego humano. Charlot, gobernador de psiquis, del libido, no puede hacer milagros. El solamente opera cósmicamente porque conoce la música de la forma que va del esqueleto a la visión: a la carne. Charlot, es el mensaje de los ojos humanos. Es la creación óptica más genial que ha dado el mundo. El cuerpo de la cultura nueva tiene en Charlot el sentido de las córneas. Tanto que puedo aventurar a decir que lo que Chaplín no ve no lo ha creado todavía. El mundo es terriblemente oscuro en sus ojos. Solamente su luz y salmo puede dar esa calidad amorosa de recién nacido, que es su creación.
Charlie Chaplín, ha creado dentro del puro sentimiento marxista de la sociedad nueva, la cena de nuestro tiempo revolucionario. Su escenografía, su ambiente, guarda un fiel itinerario histórico de la primitiva pascua judía. El espíritu contemporáneo reclamaba esa levadura para su sentido ecuménico.
40. El sentido sexual.
LA orientación sexual en Charlot, es de lo más importante para el estudio de su genial creación. Su indumentaria mediterránea, negra, que tiene no sé qué cosa de antigua desgracia, es lacrosamente sexual; su máscara padece enfermedades terribles. Tras de su disfraz me lo figuro morado naufrago de las playas del espanto. Su disfráz lo trae de lo más antiguo del mundo a lo más nuevo. Su oscilación es un eterno equilibrio en el vacío, de donde parece que nos trae ese tono de nueva humanidad, de piel tierna y trágica a la vez. Es en el vacío donde Chaplín ha oído la nueva voz angustiosa del mundo. El hizo en el circo las primeras experiencias, búsquedas; luego, en el cordel de la vida para su juego cósmico. El vacío es la única dimensión que hace el equilibrio en el arte de Chaplín. El ha salvado de los accidentes at(1. Véase el número XX de Amauta.