40 Amauta ga discusión acordaron: Aceptar el ofrecimiento de garantías en la vida y haciendas hecho por el Prefecto. Comprometerse a la entrega inmediata de las armas del Estado quitadas a los soldados por las estancias de Koyllar, Makas, Humarín y Shuto. Implorar la exoneración de la Contribución Indígena, que lo tiene ya ofrecido el Prefecto a nombre del Gobierno. 49. En cambio se obligan los indigenas a prestar como antes obedientemente sus servicios personales, llamados de la República. Aceptar todos los conceptos emitidos por la aludida contestación del señor Prefecto. Los delegados antedichos juzgando convenientes las anteriores conclusiones firmaron el acta con los representantes indígenas.
La respuesta de Pedro.
Terminada la misión conciliadora con los indios de Solís, el Prefecto, mandó al mismo Olivas Escudero, como parlamentario ante Uchcu Pedro. Conociendo la ferocidad del caudillo indio, al presentarse en el campo, desplegó la bandera blanca. Los indios vendáronle los ojos, y así lo condujeron ante el jefe. Qué es lo que tráe, parlamentario? interrogóle severamente. Alto jefe contestóle Olivas un humilde enviado de Cristo Nuestro Señor y de la Virgen María Santísima, viene a decirte a tí, comandante general de las guerrillas de Ancash, que no derrames más sangre hermana. Indio soy yo, y todos los mistis de Huarás hijos de india. por qué ir contra tu sangre. Los mistis no son mis hermanos. San mis verdugos. los hijos de india: los renegados, son los peores.
No quiero tus sermones. Larga de una vez doctor lo que tienes metido adentro. Pues bien. si no quieres oirme en nombre de Dios. El dios de los blancos no es mi dios. oirás lo que dice el Prefecto Iraola: Si te rindes, aceptará la supresión del impuesto personal, y todos los demás reclamos presentados en el memorial de Atusparia. Si no te rindes: te hará una guerra sin cuartel.
El Uchcu contestó: Estoy cansado de ser engañado con palabras falsas. Por cada indio que caiga en la batalla: hay diez indios que ocuparán su puesto. cuando mueran los hombres, pelearán con los blancos las mujeres. Además, la victoria es mía. Huarás tiembla en medio de mis dos ejércitos, el de la Cordillera Blanca, al mando de Solís. Ya no es tuyo. Se rindieron. Olivas Escudero, mostró el acta firmada. Traidores! rugió el Uchcu, viendo derrumbarse sus sueños de tomar Huarás. Dame un día de tregua. Antes de pelear quiero consultar con mis capitanes. Dentro de veinticuatro horas, o levanto bandera blanca en señal de rendición, disparo un mosquete contra la plaza de armas en señal de guerra.
En un promontorio de ruinas incaicas se reunieron todos los caciques indios y la flor de los valientes.
Uchcu Pedro les expuso la situación: La traición de Solís. Las promesas del Prefecto y las amenazas.