A AUT 28 LIMA ENERO 1930 LINEA. FORMA. CREACIONISMO, por José Eguren.
ES línea es emoción y belleza. Simple y paradojal, une y separa; es limitación e infinitud. Alegre cuando asciende, sufre cuando se curva e inclina. La línea es la forma, que contiene el espíritu; la prisión extraña que Plotino miraría con espanto. La recta es una liberación, una senda al infinito. Siempre ignoraremos su punto de llegada y el significado de la forma en que se resuelve. La forma filosófica, la mística; siempre igual misterio. Emerson decía que las figuras de los árboles y de los montes siempre fijas, como una afirmación, podrían ser signos ocultos, palabras inolvidables para nuestra mirada terrena. Lo más misterioso de la línea lo llevamos en el dibujo de nuestros ojos, primer valor de la forma, tan expresivo y admirable que podría significar el término del creacionismo de todos los tiempos. Un dibujante posee todas las lineas, puede inventar toda suerte de belleza expresiva, dinámica; pero nunca ha logrado representar un valor paralelo a ese sueño ideal que nos muestran los ojos con tres líneas una oval y dos circunferenciales.
Este problema pertenece a un plano superior a nuestro conocimiento.
Parece irracionable que poseyendo todas las líneas no pudiésemos trazar un esbozo igual. El hombre crea paralelamente a la Naturaleza y algunas veces se evade de imitativa. No hay símil en el Partenón, hay coincidencia en la nave por su arboladura y en el avión por su figura libelular. El creacionismo trata de deslindar en el hombre y la Naturaleza el arte que les corresponde; aunque el primero siendo parte de ella nc pueda liberarse en la mayoría de sus obras. Lo relativo se adapta a la lógica de nuestra existencia; pero la aspiración del artista es absoluta: Correr el paisaje hasta el abismo. Las modernas tendencias surrealistas son ramas de este elan creacionista. La línea musical perfectamente distinta en la ondulación de una berceuse o en la repetición de un andante es forma perceptible, como la cinta trémula de una escala y el canto mímico del mudo. Nada más gráfico que una fuga armónica; Bach traza múltiples figuras gesticulares. Wagner es el parnasiano de la música. Los actuales compositores siguen a estos con su decorativa inarmónica como la vida, en ocultismos sabios y sentimientos nuevos, productos de la época; tratan de superar o nivelarse con los primeros. La música es idioma que el hombre posee marginalmente, sin comprenderlo en su totalidad, como las aves imitadoras respecto a las palabras. La música en primer lugar es humana: La Naturaleza la ofrece elemental y fragmentaria, a veces integral como los bajos de