Amauta 89 to anárquico del organismo escolar en instituciones rigurosamente autónomas, sinó una amplia descentralización educativa, a la vez política y doctrinaria, dentro de las líneas generales y orientación nacionalista que reclama la creación de un espíritu y una cultura genuinamente peruanos.
es 11. Aspecto doctrinario social. Enseñanza y nacionalismo. Hasta qué punto la enseñanza pública en el Perú se pone en contacto con la realidad nacional? toda observación surge la falta de una suficiente compenetración del espíritu educativo y el medio. La enseñanza escolar huye del conocimiento objetivo de la naturaleza local para convertirse en estéril y enervante repetición de fórmulas, reglas y teorías abstrusas, muy lejos del ideal de formar una cultura autóctona y de las conveniencias económicas del país, que exigen un conocimiento exacto de nuestros ingentes recursos naturales.
En una palabra, nuestra actual orientación educativa tiende a la definición antes que al conocimiento eficiente; a la abstracción antes que a la objetivación del precepto escolar en los fenómenos físicos y espirituales del medio. Los efectos de tal 0rientación se manifiestan claramente en nuestra profunda incomprensión colectiva frente a los problemas nacionales, en el tributarismo económico del país, originado por la falta de conocimiento de nuestras riquezas, y en la desviación dinámica de la juventud que huye de todo esfuerzo de valoración del medio, entregándose cobardemente al ocio, si no el tinterillaje, la empleomanía o el dilettantismo estéril. Esto se manifiesta también en la incoordinación mental ambiente, que no llega a formar una conciencia nacional y en el colapso cívico de nuestras masas, que huérfanas de una eduón positivamente nacionalista, viven al márgen de las manifestaciones de la ciudadanía.
La resonancia social de estos he chos, que analizamos hoy en sus aspectos más saltantes, plantea una amplia reforma de la instrucción pública. Reforma de nuestra política educativa, en un sentido realista, que contemple la estructura social, geográfica y psicológica de nuestras grandes regiones, cuanto del espíritu de la enseñanza, que menester orientarlo francamente al conocimiento de la naturaleza ambiente y el estudio de nuestros problemas colectivos.
Hay que salir del precepto automático y estéril a la visión consciente del fenomenismo físico y espiritual del medio. La enseñanza de la juventud debe dirigirse desde sus grados más elementales frente a la realidad y con miras de forjar antes que eruditos o sabios, hombres de lucha, Libremos a la escuela de su anticuado rol de dispersador de ideas abstractas, haciendo de ella una fecunda siembra de conocimientos positivos, como base de progreso económico y social y de una vigorosa espiritualidad genuinamente peruana.
La obra es inmensa. Significa en muchas de sus fases un verdadero cambio de frente administrativo, técnico y doctrinario y requiere una acción enérgica y meditada del poder público y una cooperación colectiva en que toca a la juventud un elevado rol. N R V S A HABLANDO CON MARIANO AZUELA, EL AUTOR DE LOS DE BAJO. POR QUE LOS INTELECTUALES MEXICANOS SON REACCIONARIOS?
por Tristán Marof ¿Son los intelectuales mexicanos reaccionarios? Esta fué la primera pregunta que le hice al novelista Mariano Azuela, uno de los valores in