46 Amauta peones de los muelles, iba sorprendiendo, una vez más, al Gaviota que desayunaba en la mesilla contingua. El mocoso escuchaba con los ojos pá vidos de asombro las historias que don Charles contaba. el gesto sobrio, que rubricaba la voz fuerte y calmosa del Capitán, iba conquistando la admiración del muchacho, que debiera estar ya habituado a estas historias exageradas y repetidas.
Se hizo un silencio. Todos bebieron el resto de los vasos. Uno pidió otra ronda. Don Charles rellenó la pipa y pidió fuego. Humeó un rato y exclamó. Me hace falta un muchacho. Estos pen. dencieros, en puerto que llegan, desertan. En Frisco se me fueron tres hombres y sólo pu.
de enganchar uno. Qué barbarida. Y, dígame, don Robles. dónde podré encontrar al señor Cortez? Busco carga que llevar a Paita. En la calle Adolfo King, Capitán. terció el palomilla de la mesa inmediata. Ahál Yo se aonde es, Capitán. Si quiere, lo acompaño. ofreció el muchacho, puesto de pie y guardándose los números de lotería en el interior de la chaqueta. Vamos. Espérate.
Una esterlina trinó sobre la mesa. Protesta. El gringo no podía pagar! De todos modos, le trajeron el vuelto. Unas bromas más y hasta luego con Gaviota que le seguía. Muy lejos. No, mister Aquí no más. Don Roberto es manso pa tratos.
Verá que chapa carga y gorda. Lo conoces. Si nó! Es mi casero pa la suerte y siempre chorrea propina. veces me da cachuelos de carga. Yo lo conozco dende la Boca e Chapa. Una señora que tiene niñas por la call e Castilla. Por las noches, tiro allá partida e cajón y, a veces, canto. Tu vas a eso. Claro! Son cachuelos que caen y. tus papá y mamá. No hay perro que me ladre. Donde vives. Cuando hay conque, en el solar de Nuestra Señora del Carmen.
De no, en cualquier parte: en las bancas de la plaza o por la Chaza.
Pero no es vida que me guste. Yo quisiera embarcarme.
Soy guapo pa trabajo. Muy muchacho todavía. Ayayay. Quieres emmbarcarte? Necesito un grumete. Yaque, patrón! En la Capitanía se arregla todo. prosiguieron. Los camiones inmensos pasaban haciendo temblar el piso. La gente cruzaba en la premura del trabajo. Una brisa fresquita combaba los toldos de los bares como velas cangrejas.
El sol esmaltaba las veredas regadas. La de a mill Un policía detuvo el tráfico. Aquí es, patrón. Espérame a la diez en la Capitanía.