Workers Movement

46 Amauta indígena del 85: El indio Manuel Atusparia dominando la situación como jefe supremo, nombró prefecto al doctor Manuel Mosquera; y envió circulares a todos los centros indígenas de la República, con el fin de restablecer el imperio incaico. Por aquella época, el administrador de La Autonomía don Abelardo de La Rocha se vió obligado a publicar El Sol de los Incas redactado por Luis Felipe Montestruque, secretario general de Atusparia, muerto poco después, en uno de los ataques a la ciudad de Yungay. Tomado Huarás por las tropas del orden El Sol de los Incas desapareció, pero Rocha pudo seguir después con la publicación, dando al periódico el nombre de La Federación. En el año de 1892 reapareció La Autonomía. siempre bajo la administración de Rocha. poco, enfermo y murió éste, que fué el tipo del perfecto cronista de aquellos tiempos.
Los azares de la guerras del Pacífico dejaron en Huarás a Montestruque. Fué secretario del Coronel Secada, y profesor del Colegio de la Libertad.
El hijo de Atusparia Acompañado del historiador del movimiento obrero del 19. el compañero Martínez de la Torre, visitamos en el Callao a Manuel Ceferino Atusparia, hijo del famoso Pedro Pablo. Vivía en la calle de Apurímac 435. Una vivienda de obreros. Manuel Ceferino, un hombre corpulento, de unos cincuenta años de edad, alto, cobrizo, de grandes mostachos, nos recibió muy amablemente. Charlamos sobre la actuación de su padre; Manuel Ceferino nos relató, más o menos, todo lo que el autor, ya conocía, por los periódicos del 85 y los relatos verbales de los indios huarasinos sobrevivientes de la sublevación.
Sus impresionts personales son muy vagas; tenía diez años cuando estalló el movimiento. Recuerda a su padre, dando órdenes para que trajesen ramas de sauce. Que estando en la puerta de la casa, dónde su padre trabajaba vió pasar a muchas mujeres con cajones de fideos y sacos de azúcar, y que le dijeron que estaban saqueando a los chinos. Que él entonces se fué a la chacra de Marián, dónde su madre doña María Fernanda Llauri. Que después recuerda, ver pasar a su padre en una camilla. Que nuevamente en casa de don Fabiano, vió a su padre muy enfermo, rodeado de señoritas. Que recuerda haber desembarcado en el Callao con su padre. haber asistido a la entrega del mando al General Cáceres, en el Palacio de Gobierno.
Recuerda la conversación de su padre con el Presidente de la República. Dice que él, se quedó en casa del General. Que lo mandaron a estudiar en uno de los mejores colegios. Que después estuvo en el Ejército. que hace veinticinco años se radicó en el Callao, donde ha formado un honrado hogar. Tiene dos hijas, bellas muchachas, que conservan los rasgos finos de las princesas del incanato. Como cosa curiosa nos dice que desde que se estableció en el Callao ha vivido en la misma casa, y con los alquileres pagados durante los veinticinco años hubiera podido comprar todo el Callejón.
Manuel Ceferino nos muestra su partida de bautismo, que lo acredita como hijo legítimo de Pedro Pablo Atusparia y de María Fernanda Llauri. Además nos muestra copias de las solicitudes que presentó al Prefecto de Huarás, pidiendo cien soles para atender a los