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Amauta 85 que el porvenir del Perú encontrará en ellos a sus trabajadores más entusiastas y resueltos.
Buenos Aires, enero de 1929. Prólogo de Poemas Rojos. Antología de poetas revolucionarios del Perú, compilada por Manuel Seoane y César Alfredo Miró Quesada se media o proletaria o campesina, expresan el descontento social del país.
La situación del proletariado; la sorda protesta contra el imperialismo que invade y contra la dictadura que lo favorece y azota toda libertad de pensamiento; el crecimiento de un despótico capitalismo nacional, cada vez más fuerte y concentrado; la explotación del indígena peruano, sometido a un régimen medieval y bárbarn y el fulgor de esperanza con que la generación de 1923 ha iluminado el porvenir del Perú han sido los factores objetivos. divisores que influyeron en los poetas nuevos, y concertaron esta vigorosa voz plural que hoy hacemos grito de revolución.
POL MIC UNA EPIDEMIA MISTICA Ahora, un paréntesis. Casi todos estos poemas rebeldes están vertidos en formas individualísimas, ajenas a la comprensión de la masa que las inspira.
Por una influencia, natural y lógica, aunque pasajera, la poesía nueva del Perú ha sufrido la misma crisis que la conciencia contemporánea. Ha roto sus cadenas y ahora se agita en un plano sin dimensiones, cediendo a marejadas subconscientes, heterogeneidad de objetivos, dispersión aparente de pensamiento, imaginismo arbitrario y otras cifras individuales que tanto irritan a los devotos de la didáctica claridad pasatista.
Creo que estas formas son perentorias. muy especialmente en los poe.
tas revolucionarios que, fieles a sus fuentes primarias de inspiración, inician un viaje hacia la sencilla transparencia de las canciones populares. El sentido de lo invisible. que diría nuestro amigo y frecuente huésped Sr. Belaunde está tomando en Cuba proporciones alarmantes. De algún tiempo acá han descendido sobre nuestra frivolidad, sobre nuestra ardida materia tropical, todos los fuegos fatuos y sagrados del neomisticismo indostánico. El asbestos del choteo no ha sido suficiente para preservarnos de esa ignición. Doctrinas crípticas, misteriosas nieblas gangéticas, vagarosas fulguraciones del Uno y del Todo se han instalado hasta en los espíritus menos sospechosos de hospitalidad filosófica. Nos visitan apóstoles de hopalanda, tez anochecida y apellidos imposibles. Uno de ellosRagajopal adoctrina nada menos que desde la tribuna de la Academia de Artes y Letras, vivero de éxtasis, donde lo nuevo no interesa como no sea muy sentimental y oratorio. Semanalmente, un ilustre aeda centroamericano de la casta que conoció a Darío. hombre de disciplinas, catedrático pretenso de Cultura General. rinde, ante sus catecumenos adorantes, exégesis muy floridas de lo que enseña en el Norte el lánguido Krishnamurti, a tono con la sagrada histeria de Annie Besant. Finalmente hemos tenido la espectacular visita de Jinarajadasa, otro de los grandes iniciados. Y, entretanto, las librerías que no importan más que un ejemplar de muestra del Análisis de la MatePese a ciertas dolorosas experiencias. a veces veleterías, a veces traiciones cabe mantener una fe serena y firme en el núcleo de poetas que figuran en este libro. Casi todos tienen un altísimo sentido de su responsabilidad social y muchos han merecido el honor privilegiado del destierro.
Por eso, al concluir estas páginas, brújula para orientarse dentro del libro, quiero declarar mi convicción de