40 Amauta. Hay que sublevarsel. Presentemos el memorial primero.
El Memorial.
El coronel Francisco Noriega, prefecto de Huarás, se indignó terriblemente al leer el memorial presentado por los indígenas. En él se quejaban de que no se les consideraba como ciudadanos peruanos sino como esclavos, pues a la fuerza y sin renumeración alguna, y sin darles siquiera la comida, se les obligaba a trabajar en las obras públicas emprendidas, tales como la Cárcel, el Cementerio y las torres de la Iglesia. Que estos trabajos forzados, llamados de la República. eran únicamente para los indios, que los blancos estaban eximidos de ellos.
Que se había estancado la sal, encareciéndo así la vida y que por último, se había publicado un bando, en el que se obligaba a los indígenas, al pago de dos soles semestrales, como contribución personal.
Que los indígenas no se hallaban en condiciones de pagarlo, por la mucha pobreza, que el año había sido de mala cosecha, que habían sufrido durante la guerra con Chile mil exacciones, que ya habían pagado muchos impuestos, entre otros, el de la boleta de ocupación. que la mayoría de ellos eran siervos, que trabajaban en las haciendas de los amos, tan sólo por la comida Que los operarios e indios libres, ganaban diez centavos diarios, y que se les había pagado los salarios en billetes, que en la actualidad la moneda depreciada a diez incas por un sol plata arruinaba a los obreros indígenas.
Que el impuesto personal había sido repudiado cuatro veces por el vecindario de Huarás, pues se hallaban pobres con los cupos impuestos por los chilenos y los revolucionarios, que si los blancos de Huarás no podían responder por el pago de los indios de sus haciendas ¿en qué mísera condición quedarían los indígenas. Que muchos de ellos, pagaban al patrón, las deudas contraídas por sus padres y abuelos; y que este pago del impuesto personal grabaría a sus hijos y nietos.
Que aunque todas estas deudas eran injustas y contrarias a las leyes, eran pagadas por las costumbres tradicionales y por no haber encontrado autoridades que los defendiesen.
Terminaba el memorial pidiendo la abolición del tributo personal; o que fuera rebajado a la cuarta parte, y que no se les obligara a los trabajos forzados llamados de la República. Lo firmaban cuarenta y tantos alcaldes indios de la Provincia, encabezados por Atusparia, Alcalde de Marián y del Barrio de la Restauración.
El Prefecto hizo llamar a Atusparia, que se encontraba preso, pues, al ordenarle el gobernador que se diera prisa en traer paja para techar el cuartel: el indio le contestó insolente: Paga primero, para que te traigan la paja.
Pedro Pablo Atusparia, se cuadró militarmente. Indio de porquería le increpó el Prefecto ca mi con cachitas de recursos. eh. ver, confiesa que tinterillo te ha fabricado el recurso. De seguro que es mi enemigo el Dr. Dn. Manuel Esteban Sáenz y Cámara. No señor. Yo mismo. Tú no sabes donde estás parado indio ignorante. Confiesa de