Amauta 19 TIETO suu دلایللياليه الیا.
ரமர sical, con la misteriosa qquena de la soledad campestre, con la mezcolanza de instrumentos en sus fiestas hogareñas y pueblerinas. Al nacimiento del hijo como al sembrar la papa la música interviene hasta la cosecha del fruto de la tierra y la muerte definitiva del pobre indio serrano, eterno danzante en la estrechez de su parcela.
Los artistas anónimos de Huanta y de Ayacucho nos dan la expresión pura y sana de nuestra sierra pintoresca y musical en los burilados de sus primorosos mates. Estos mates que hoy traducen su folklore son hermanos naturales de una alta y genuina estirpe, la de los artísticos aqueros del antiguo imperio, entonces, como hoy, traducían su vida, los legendarios tiempos del poderío de su raza, con su Inca, su anda de oro y sus tiernas ñustas, sus fieros guerreros, sus estilizadas acllas, sus cantutas. su vida agrícola; su cultura. sus bailes de acento antiguo como los originales de Huarochirí, la cashwa rotunda y la bélica kachampa cuzqueñas reviven los frisos de los hermosos qqueros de los tiempos heróicos de su raza. Así como hoy vemos en los mates. fundidos con la armonía de otra raza, las vibraciones de la vida simple y fuerte de la cordillera.
El espíritu del medio la fusionado los caracteres diversos de dos sangres sin complicarlas, ha sintetizado el tipo. Sus expresiones artísticas tienen el sobrio realismo español y la poesía del ritmo decorativo aborigen. Así los mates ayacuchanos equivalen a los yaravies arequipeños. En plástica y música peruana están sometidas las señales raciales al dominio del medio andino musical y pintoresco. Se realiza el connubio