Amauta 95 rico; se escucha la vocecilla destempla. Pero en la tertulia de los corrillos lida y monótona del organillo; danzan terarios, revelaba siempre esa difícil las marionettes al són de una flauta facultad de categorizar y de clasificar melancólica y pasan las máscaras que distingue al crítico verdadero. La ébrias de alegría y de vino.
estrecha vida del estudiante provinStravinsky. hombre de su época; ciano, en una ciudad sin bibliotecas, él mismo dirigió la adaptación de sus sin cenáculos cultos, sin atmósfera inobras para el piano mecánico con telectual, le impedían emplear y afinar duce la orquesta que ejecuta Pe sus aptitudes. Varallancs no dispuso trouchka. en la edición de Colum de materiales ni de ambiente para trabia. El récord. así, es una obra bajar útil y seguramente. Este fué de alto valor artístico. la grabación su problema. Lo habría resuelto, al es excelente.
fin, con su alacre y tesonera voluntad; pero la tuberculosis insidiaba, sin que Me dicen que ha llegado Tristán. él lo supiera, sus fuerzas.
completo en veinte discos, dirigido por Tenía entusiasmo de suscitador.
el propio Siegfried Wagner. Pero Echaba de menos en su generación seguramente no habrán venido mu esos impulsos, esas afinidades selectichos álbums la obra se ha acabado vas que en otras partes dan vida a los inmediatamente. Espero para dar equipos de renovación artística. Parmi comentario que llegue de nuevo, ticipó, con este sentimiento, en la el récord. En Monde he visto tentativa de Jarana. en cuyas págianunciada la edición de la Sonata en nas reveló sus dotes para el relato.
la de César Franck, una de las pági Colaboró, antes, en el esfuerzo editonas más nobles, más puras de la mú rial de Manuel Beltroy y, cuando essica. Tampoco existe en Lima.
te fervoroso animador de empresas liM. breras, superiores al ambiente, se alejó del país, intentó solo reemplazarlo ECROLOGI en su labor.
Le faltaban, sin duda, ideales capaces de sostenerlo en su lucha. Era ADALBERTO VARALLANOS generalmente escéptico y negativo.
Pretendía confinarse, como literato, El nombre de Adalberto Varalla en un esteticismo egoista. Pero nos, no había llegado a ser familiar al hay que juzgarlo por estas actitudes, público. Varallanos, en su corta ac reacciones efímeras de su temperamentuación literaria, acaso por cierta hu to contra un medio adverso y mediorañez de espíritu no conformista, quicre. Varallanos era un hombre en zá porque su gusto exigente ejercita formación, al que no es posible juzgar ba ante todo su crítica sobre su pro por lo que dijo ni lo que hizo, sino por pia producción, hizo un uso muy partodo lo que en potencia, en germen, co de la publicidad. No se preocupó podía descubrir en él un espíritu comnunca de llamar la atención de la crí prensivo y atento.
tica ni del público sobre su presencia Lo recordaremos siempre con trisen la escena literaria. Esta presencia, teza como una promesa malograda, sin embargo, no fué por eso menos como una juventud frustrada, en la evidente y destacada. Varallanos, con que pusimos simpatía y esperanza.
algunas pocas muestras de sus dotes al despedirlo, nos asociamos sinde prosador, se había señalado como ceramente al duelo de sus hermanos, uno de los escritores de porvenir de nuestros queridos compañeros José la nueva generación.
Varallanos, nobilísimo poeta, y Andrés Tenía Varallanos innato don de Varallanos, joven pioneer de la renocrítico. Empezaba apenas a cultivar vación de Huánuco.
lo, a educarlo, con sagaces lecturas.
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