26 Amauta ga esa solución clara y precisa. El Centro permanece en la actualidad, en actitud presentista acaso oportunista esperando la solución que viene sola. El Sur insurge, sin concepto concreto de la solución anhelada, pero con la seguridad de que en el roce de ideas y talvez armas, surgirá el desenlace deseado. Las actitudes en general son mas o menos clasificables: actitud filosófica; actitud crítica; actitud polémica.
En la historia se reflejan parecidas consecuencias: erudición y generalización en el Norte; en el Centro (Paz Soldán, Mendiburu, Romero) constatación a secas, con excepción de Ríos Aguero en quien aparece el afán generalizador, pero crítico siempre; en el Sur, polémica o acción pedagógica: Wiese, Valdivia, Valcárcel, etc. El Norte es més académico que el Centro, pero este es más industrial y el Sur más activo, a través de la labor de sus historiadores. Claro que hay excepciones, pero estos datos no son una teoría sino una contribución para esclarecer el carácter de las regiones nacionales.
Por no ser esta una teoría con pretensiones dogmáticas, no vacila en constatar, además, la actitud beligerante actual tanto en el Centro como en el Sur. La nueva generación, a la cual algunos llaman vanguardista, pero que, de todos modos es una nueva generación traspasa el carácter acomodaticio de otras que en Lima contaron con todos los elementos a su favor. Probablemente, la falta de tales elementos la lleva a la polémica, a la acción, a la pedagogía que cs acción en su esencia. al estudio de posibilidades reformadoras. La generación que antecedió a la actual, la de 1905 y 1910 tuvo todo en su favor; periódicos, dinero, posición social, favor oficial, coincidencia de ideales con la casta gobernante, teorías inofensivas, idealismo gaseoso, universidad propia, autoridades satisfechas. No es, pues, raro que su acción pasara de una vaga aspiración intelectual, aunque entre ella se cuenten valores de primer orden a quienes el excesivo intelectualismo no podía adoptar otra posisión esterilizó la obra que pudieron llevar a cabo. De ahí que su mayor liberación fué el nacionalismo, pero un nacionalismo un tanto libresco y sufriendo el mismo idealismo gaseoso del credo de su tiempo. Ariel. La generación que la ha sucedido, sin periódicos que la amparen, sin dinero, sin títulos abolengales, sin alta posisión social, contra la universidad, sin favor oficial, y muchas vecec con teorías ofensivas a lo establecido, tiene que adoptar una actitud más pragmática, y por consiguiente hasta cierto punto coincidente con el Sur. De donde viene, acaso, ese acercamiento que se observa entre las nuevas conciencias de todo el país, y que el antilimeñismo, verbigracia, no abarque a todos los limeños, ya que la observación es de Churata hay dos Lima, la de González Prada y la otra; y la primera es la que tiende a hacer una conciencia del país, a totalizar el Perú, y a que las diferencias de temperamento y actitud solo existan en los matices que la altura o el clima, con su indudable presión, impongan.
Lima, 1929.