LiberalismSubversive

16 Amauta madre, guía, directriz, antorcha, centro, succión, foco. Miró al resto del país con cierto desdén. No le inspiraron fé las pasiones ni los partidos, porque estaba acostumbrada a contemplar nada más que claudicaciones. Mientras en la provincia o la intendencia distantes se creía en la fé inconmovible de algún, hijo de la región, el gerifalte había, voluntaria o forzadamente, abdicado, abatidas las alas, perdido el ansia de vuelo. Aqui el liberal Castilla se mudó en el conservador Castilla, el 60. Aquí el compatriota de Zela, Unanue, se traformó en el hombre del virrey, y luego obtuvo la confianza de Bolívar. Aquí el guayaqui. leño de Olmedo y el huamachuquino de Sánchez Carrión, enemigos de Bolívar, se convirtieron a su afecto y le llamaron con ardor. Aquí el partido civil, fundado contra el militarismo, dejó el gobierno a un mili.
tar, el 76. Aquí el pierolismo del camanejo Piérola, enemigo tradicional, original e irreconciliable del civilismo, se junto a él para derrocar al ayacuchano Cáceres. Aquí las rebeldías de muchos poetas se trasformaron en amor a la prebenda. Lima se acostumbró a ver claudicaciones, a no sentir fé en las doctrinas, en las purezas.
Un decir popular atribuye a un ex alcalde de Lima, una frase sintomática: Aquí hasta la bubónica se amansa. se amansó. Hasta el terror que inspiraba el clásico grito de Vienen los chalacos dejó al cabo de tener su significado viviente, para convertirse en dato histórico.
También la Sierra del centro es más tibia, es decir, inenos belicosa que la del sur. Salvo el movimiento subversivo de Huánuco, en 1812, no tuvo la actitud francamente rebelde del Cusco. Su religiosidad no alcanzó caracteres agudos, siendo conservadora, como la costa de la región. Ocopa, tradicionalmente, es nido de religiosidad. El problema de la tierra es tan agudo como en el sur, pero el yanqui hincó su planta en las entrañas de Junín, y la autoridad miró con beneplácito el gesto orondo del minero. Huancayo se trasformaba cada vez más en burgo semicosteño, pese a los tres mil metros de altura en que se halla.
La montaña de la Merced está colonizada, y bajo el cacicazgo de la Peruvian, favorece el transaccionismo y el escepticismo. Jauja y Tarma son prolongaciones de la capital, invernaderos. El ferrocarril extendió el radio de la costa hasta la misma sierra. Núcleos superstites del seudo liberalismo peruano se cobijan aún en Huánuco. La literatura en la Universidad, se desvitaliza, es decir pierde su contacto con la vida y con la tierra a fuerza de beber en los libros y de experimentar las corrientes cosmopolitas. esto tiende el fácil intercambio con otros países, la cercanía con el mar, la proximidad de la montaña con la costa: La Merced está a dos días del mar, de los cuales uno es de automóvil y otro de ferrocarril. El engreimiento centrista es explicable, bajo tales condiciones. También se explica la sicología criolla, y sus manifestaciones, especialmente la ironía. Pero, precisamente, siendo característico del centro, la ironía, nadie ha combatido más tal signo que los mismos pobladores del centro. Contra el engreimiento, el centralismo, la ironía fácil, el poco enraizamiento con la tierra, nadie ha insurgido como González Prada, limeño, aunque su actitud crítica es perfectamente intelectual. La renovación literaria la inició José María Eguren, poeta sin efemérides, sin ironía, sin piropería, sin universitarismo; y Eguren es el centro. Abelardo Solís encara los problemas de la tierra, y él también pertenece al núcleo central, a Junín. La última (Pasa a la página 24)