Amauta 55 alterado, siempre sereno, aún en los momentos culminantes. Si Maurois denuncia latinidad en su flexibilidad, en su ligereza y en su adaptación al paso con que camina el personaje, a Ludwig le basta ser estilista medido metronómicamente, para declarársele sajón inmediatamente. Al francés no le importa acelerar el tempo. en los últimos capítulos, cuando lo embarga la precisión de terminar. Ludwig no le apura terminar una obra de penosísima investigación.
Ultimamente se ha exhibido un film biográfico de Napoleón, por Gancé. Precisa la comparación por ser un documento francés. El Napoleón de Gancé es un Napoleón íntimo, hecho a su imagen y semejanza que es la imagen y la semejanza de un francés. Es una sugerencia antes que un ente histórico. El personaje es tan puro como los personajes de la novela biográfica. esa abstracción del hombre la consigue Gancé por medio de la imagen, que puede ser excesiva, pero que es un acierto como realización de la imagen pura en el cinema. En Ludwig también hay la imagen, pero en una forma menos absolutas tiene en su contra que su campo de acción no es la pantalla sino la novela. Siempre, entre ambos Napoleones, habrá ese abismo que media entre lo latino y lo sajón; y veremos, por un lado, una intención nórdica, crítica, angulosa y serena y, por el otro, una realización luminosa, flexible, apasionada y enteramente literaria.
99 (1) Emil Ludwig, NAPOLEON. Ernst Rowohlt Verlag. Berlín. 1928 BISMARCK. Geschichte eines Kámpfers. Ernst Rowoholt Verlag. Berlín.
GOETHE. Geschichte eines Menschen. Ernst ROwohlt Verlag. Berlín.
Itinerario en carne de caracol Obscuro dibuja la simetría mariposas con alas rotas. muertas y biseladas en su mar de tinta.
Las halló el insomnio tras de las cuerdas líneas de los pesares que cernía cansado en esterillas esqueléticas maniquís decapitados y ninfas con cuernos y gatos y medias suelas.
Porque el silencio asesina los gritos de flecos que son linda e inaccesible cabellera de luna y de las torres presas en redes de humo detenido llamando al sereno y al tan imposible naufragio de la neblina en el monte.
Emilio Adolfo von WESTPHALEN.