Amauta 47 fueron incurables se han vencido hoy, y no podemos afirmar que las que reputamos como tales en el presente no podrán ser un día dominadas. Además ocurre con frecuencia que el médico, ante un enfermo positivamente incurable, aquejado de cáncer en un período avanzado, practica una operación quirúrgica, a sabiendas de que no se salva, pero sí de que le prolonga la vida varios meses y aún años. Debemos renunciar a ese período de existencia, prolongada, por estar herido el paciente de un mal que no perdona? En realidad todos estamos condenados a la muerte en un plazo desconocido, pero cierto. Prolongar la vida es vivirla. Para estas situaciones en que el fallecimiento no es inmediato, la eutanasia no debe practicarse.
La muerte buena sería dada, en suma, a los incurables de un mal agudo y breve cruelmente insoportable, como heridos sin remedio, Tabiosos, tetánicos, etc. Pero ¿se puede afirmar que el médico no erró el diagnóstico? La posibilidad de un yerro sobre el criterio de la incurabilidad, me espanta en tales términos que no acierto a basar la eutanasia sobre unas raíces tan inseguras.
El concepto de la inutilidad es aún más movedizo e incierto que el de la incurabilidad. En su más amplio sentido no solo abarca los dementes, y los idiotas, sino otras muchas categorías de seres humanos, como los anormales de nacimiento, los viejos valetudinarios, etc. Mas ¿verdaderamente estas especies de hombres desprovistos de perfección o energías vitales, son inútiles y onerosos? El anciano decrépito puede ser útil por sus consejos transidos de experiencia y por mantener en el hogar una autoridad emanada del respeto, que acaso es lo único que mantiene unida una familia. Es frecuente el caso de hijos y nietos que al morir el abuelo paralítico se disgregan y pleitean con saña máxima, después de haber vivido armónicamente bajo la patriarcal figura del ascendente valetudinario. Una gran masa de dementes incurables y de oligofrénicos puede ser utilizada en labores agrícolas con gran provecho para su propia higiene y mejoramiento. En el mismo manicomio argentino de Opendoor (no trabaja un considerable número de enagenados, en el cultivo de flores y plantas y en otras tareas útiles?
No podemos, pues, trazar los límites de la inutilidad. Pero aunque la concretemos a seres monstruosos de nacimiento, a dementes indominables y a otra suerte de individuos absolutamente inútiles y de costo mantenimiento tenemos el derecho de aniquilar estas vidas por un egoista criterio de inutilidad y economía? La sociedad no debe olvidar que le alcanza buena parte de responsabilidad en la insania mental de sus miembros, por no haber sabido combatir con energía contra la sífilis, el alcoholismo y la miseria.
Finalmente, los que, como yo, hemos rechazado siempre, acento severo, la pena de muerte para los delincuentes más graves y temibles, no podríamos, sin una monstruosa inconsecuencia, patrocinar la eutanasia para ese género de gentes. EUTANASIA MEDICA HOMICIDIO COMPASIVO La Eutanasia ha sido enjuiciada con serenidad y la repulsa surge sin esfuerzo. Pero el jurista debe ahora afrontar el problema de de.
recho ante la muerte buena practicada por médicos y el homicidio piadoso perpetrado por legos en Medicina.
El médico, se dice, no debe practicar la eutanasia; no le está per.
mitido el premeditado designio de causar la muerte; pero lo cierto es con