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en 42 Amauta siente realizar métodos de trabajo absolutamente insospechados antes de hoy y se ha convertido en el fundamento de toda construcción moderna. La estructura independiente, estética, exige la standarización de los elementos con el sistema industrial. La distribución interna del edificio adquiere así una libertad enorme porque el plano interno es del todo independiente de la estructura misma de la construcción. Es tán abolidos los muros portantes o de sostén y sustituídos por los medianeros externos que son las nuevas fachadas o por las transver.
sales internas que sirven a la distribución de los varios servicios. La creación y el empleo de materiales ligerísimos de relleno. dispuestos entre las pilastras de la estructura. que no gravan más con su peso sobre el régimen estético de la construcción son naturalmente una consecuencia lógica de esta técnica nueva.
Las construcciones en cemento armado son acusadas de ser inexorablemente sonoras: esto sucede si están mal construidas porque el uso de rellenos aisladores y la aplicación de las reglas de trasmisión del sonido permiten obtener. sin un gran gasto la intrasmisibilidad casi absoluta de los sonidos de local a local en las construcciones de acero o de cemento armado. Es una cuestión de oficio y de competencia.
La técnica moderna requiere justamente la construcción del techo plano. El techo inclinado no es ya, en efecto, una necesidad constructiva y tiende a desaparecer del todo. Es un problema que merece ser estudiado atentamente. El acero y el cemento armado proporcionan normal y lógicamente, el techo plano que sobre todo en Francia los trabajos de los arquitectos racionalistas Le Corbussier, Lurcat, Mallet Stevens y Perret ha dado resultados muy satisfactorios. Toda sobre estructura a la manera de los techos tradicionales es supérflua e inútil, sin contar que los desvanes son del todo ineficaces y demasiado costosa la conservación del techo común.
El techo plano existe desde hace tiempo en los países cálidos. Para los países fríos la rigurosa teoría de esta copertura requiere el derrame de los aguas en el interior de la casa. La tubería absolutamente libre es así sustraida al riesgo del hielo por estar inmersa en la atmósfera calentada de la casa. Solo en Alemania, donde está todavía en boga el derrame externo de las aguas, el techo plano ha provocado algún inconveniente por la irracionalidad de la disposición de la tubería. Los términos medios son los elernentos de que se sirven los falsos innovadores embebidos más de lo que han oído decir que de verdadera ciencia. Unicamente el arquitecto digno de ser llamado racionalista puede emplear con buenos resultados el techo plano, porque en su obra toda parte está regulada por una particular virtud funcional.
Para proteger el techo plano de una excesiva dilatación conviene instalar en él un jardín colgante. El techo plano o techo jardín constituye para las habitaciones un nuevo elemento de capital importancia: hasta porque la higiene y el sport quedarían mucho más al alcance de todos. Extendidos a la ciudad se comprenderá fácilmente el valor de estos jardines que recubren la totalidad de la superficie construida.
Al ser el techo plano la parte más sana de la casa, resulta que éste proporciona naturalmente nuevas superficies de circulación. El urbanista podrá de tal modo establecer calles de lujo con cafés y tiendas y permitir también una clasificación especial de la circulación. Abajo, la febril circulación del trabajo; arriba, aquella otra, cara al higienista, lejana de los rumores y del polvo.