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Amauta 103 porfirista y ensangrienta luego el sue tual, las figuras y los hechos de este lo mejicano. Precisa que quienes lu gran acontecimiento, dándoles un mochan en América por imponer en ella vimiento y un colorido verdaderamennormas de justicia social, deriven del te sugestivos. Desde la ruda y heroihecho mejicano las enseñanzas que él ca personalidad de Hernán Cortez, a nos ofrece en orden a la mejor con quien trata de defender de los cargos secución de tan altos propósitos. El que algunos historiadores le han hefundamento agrario de la transforma cho, hasta la del actual presidente ción social que ha de operarse en Portes Gil, el autor retrata con mano mérica, no debe perderse de vista en ágil a los disti os actores de la hisningún momento, porque las perspec toria de Méjico. Pero se detiene estivas que de tal hecho se deducen, a pecialmente en aquellos que gestaron yudarán a plantear primero y resolver o actuaron la revolución. En el intedespués en sus exactos términos, los resante film aparecen Madero, el numerosos problemas que tal aconte apóstol de los ojos ausentes. cuya cimiento histórico ha de suponer. figura nos parece descrita con justiDecir revolución agraria, en un esce cia, y luego la noble y recia del indio nario casi o totalmente feudal, como Emiliano Zapata, el Espartaco de el de América, supone el carácter de Méjico. delineada con vigorosos tramocrático burgués de tal revolución, os. después Obregón, a quien susegún la denominación de los moderpone Araquistain el Hombre de la Renos marxistas. Este punto de vista que volución Mejicana. Desfila luego el nosotros suscribimos ayuda a interpre bandido Pancho Villa, a quien escritar debidamente la revolución mejica tores sicópatas han pretendido divinina y ayudará a plantear sin equívocos zar. en seguida Adolfo de La Huerlos postulados de las próximas revolu ta, taimado y cobarde. finalmente, ciones. En ello diferimos de nuestro Calles, a quien dedica numerosas páestimado compañero, el director de ginas, presentándole como al Cinciesta revista, que aceptando el califi. nato mejicano y verdadero construccativo de agraria y anti imperialista tor de la consolidación de la Revode la futura revolución, le supone un lución.
fundamento y una calidad socialistas. En cuanto a la revolución misma, Este carácter sólo puede aparecer no obstante los adjetivos, a veces hiposteriormente y si el deber de los perbólicos, que la obra emprendida verdaderos revolucionarios es el de a por ella y las perspectivas que ha apresurar esa trasformación y si nu bierto, merecen al autor, no puede demerosos elementos socialistas, en pri jar de comprobar que ella ha hecho mer término el proletariado, colabo todavía muy poco por la suerte del ran al triunfo de la revolución indígena y del obrero. Así se ve forgraria, no es menos cierto que ello zado a consignar, no sin cierta meno es bastante, como no fué en el caso lancolia desde luego, que la reparde la revolución rusa de 1905, para tición de tierras y disolución de los definir su contenido social en aquel latifundios, propósito fundamental de sentido. Desde este mismo punto de las aspiraciones revolucionarias de vista, encontramos errónea, de a las masas y grito constante de los decuerdo con la observación de un com magogos, apenas alcanza en la actuapañero, la interpretación que Haya de lidad a un 1, por ciento. CoeficienLa Torre hace de la gesta zapatista, te insignificante que no basta a comsuponiéndola síntesis socialista de la pensar la sangre vertida por los murevolución mejicana.
chos miles de pelados y obreros meExcúsesenos estas pequeñas disgre jicanos durante el proceso revoluciosiones y volvamos al libro La revo nario.
lución mejicana. Araquistain hace Estas constataciones, por lo demás desfilar en él con su maestría habiharto conocidas, sugieren otra intere