Amauta 61 Tomados en conjunto, los tres poductos principales de nuestra agricultura, con relación al año 1919, arrojan un porcentaje de crecimiento importante: Tons algodon Tons 70 400 azucar 12:2 Tons 100 trigo 1921 60 1927 so 300 1929 ID 40 200 50 30 20 100 25 10 58 30 18 El porvenir agrícola del país reside en su extensa montaña o región de los bosques. Millones de hectáreas de tierras fértiles, exhuberantes, esperan el aprovechamiento del hombre. La montaña peruana produce una gran diversidad de artículos: café, maíz, yuca, menestras, frutas, caña de azúcar, cacao, tabaco, algodón, hipecacuana, zarzaparrilla, madera, para construcción y maderas preciosas como roble, caoba, cedro, alpargata, palo amarillo, laurel, nogal, cocobolo, palo de rosa, cascarilla, etc.
La producción del caucho es la principal riqueza explotada. La coca es otro producto importante, y la tagua, llamada marfil vegetal, habiéndose concedido la exclusiva a un industrial italiano para fabricar con ella botones. Los ríos arrastran oro en polvo, siendo casi todos navegables. Se ha comprobado que existen los yacimientos petrolíferos más ricos del mundo y de la mejor calidad.
Por sus climas diferentes, por sus enormes bosques, por su constitución montañosa, por sus riquezas minerales, por sus ríos, el Perú es un país de grandes recursos económicos, parcialmente explotados. La electrificación, base de la riqueza industrial, tiene entre nosotros una posibilidad maravillosa. Podemos suministrar fuerza motriz, no sólo para nuestras necesidades, sino también para satisfacer la de otros países.
Esta enorme riqueza en potencia, fácilmente explotable y adquirible, tienta la avaricia del imperialismo angloamericano, pudiéndonos considerar ya entre los países cada, día más sometidos al contralor del capital extranjero.
La ganadería peruana, comparativamente, es pobre. El ganado serrano no es de buena calidad. La producción de lanas rinde una apreciable plusvalía.
La alpaca, que se trasquila cada dos años, produce seis libras de lana muy fina que se paga a más del doble de las otras. La de la vicuña, más fina aun, adquiere un valor altísimo, pudiendo establecerse