Amauta 47 rentemente está muy sereno. Que lleguen los clientes. El va anotando y guardando las pequeñas cantidades giros por valor de 500 francos, de 30 dólares, de 200 pesetas. En un niomento desocupado va al telé.
fono y habla con una casa de flores. Muchas flores: rosas y claveles. Para esta tarde, hotel de ¿Diez libras? No importa. Quiero que la habitación quede muy bien.
En seguida llama al hotel de Pide un cuarto, el mejor, con ventanas al mar y una cena servida en la habitación, una cena exquisita.
Otro cliente. Un giro por mil dólares. Castillo ha sentido como un vértigo. Cautelosamente guarda la suma, para él, en vez de depositarla en la caja. Tres giros más. El joven ha logrado reunir diez mil soles. con una sonrisa de satisfacción ordena cerrar a las 11 y 29 la ventanilla de la sección. Ni en la tarde, ni en los días subsiguientes volvió Vicente Castillo al Banco sección giros internacionales. El hombre que se parecía a Adolfo Menjou estaba viviendo la existencia que le correspondía.
1929.
LA PLASTICA REVOLUCIONARIA MEXICANA LAS ESCUELAS DE PINTURA AL AIRE LIBRE por Martí Casanovas.
ALIFICADAS acertadamente como verdaderas escuelas de acción. las Escuelas de Pintura al Aire Libre concretan la consagración plena y definitiva de los principios e ideales revolucionarios en el campo artístico. Buena parte de la producción pictórica mexicana postrrevolucionaria, tiene expresado más o menos felizmente, un propósito de edificancia e ilus tración revolucionaria. Pero más que en el contenido, más que en la emoción y el fondo humano que en estas obras palpita, transmitidos por medios plásticamente puros, esta dedicación revolucionaria está en la intención pedagógica, en el tono dialéctico que emplea el artista. asgo, pues, ajeno al hecho plástico en sí, el cual pasa a ser un medio, no un fin, intención y tono comunes entre los pintores mexicanos postrrevolucionarios, que han puesto su arte al servicio de la revolución, como un arma más de ilustración y propaganda.
Han sido las Escuelas de Pintura al Aire Libre, y el gran ciclo de pintura que de ellas está surgiendo, las que han iniciado la verda.
dera, la genuina pintura mexicana, aceptada y consagrada como tal en los grandes centros artísticos. Sin propósitos ilustrativos, sin finalidades pedagógicas, sin otros medios de expresión y de convencimien. to que los propiamente artísticos, los pintores y aprendices de esta