Amauta 33 La Escuela Hogar quiere desenvolver sus actividades en íntima relación con la modalidad del grupo, que esa relación pueda fecundizar los sentimientos de solidaridad y mutuo respeto, haciendo un todo estrechamente ligado en intereses inmediatos y en la concepción de ideales a la adquisición de una vida mejor; por eso lleva su acción a la intimidad de la familia prestándole el apoyo que ha menester para una evolución que en el futuro le dé la suficiencia necesaria para forjar racionalmente al nuevo ciudadano indígena: fuerte en la defensa de sus derechos y celoso en el cumplimiento de sus deberes.
La Escula Hogar quiere evitar toda enseñanza formalista y todo dogmatismo que aplana al individuo; quiere dejar campo libre al natural desenvolvimiento de las actividades infantiles descubriendo las disposiciones excepcionales de cada uno. Destierra la disciplina cuartelaria, porque tanto el respeto como la disciplina deben brotar espontáneas como reconocimiento de la labor y ascendencia de los maestros.
La Escuela Hogar abandona las estrecheces del cuartucho donde se almacenan muchachos indígenas para someterlos a la tortura de una vida que dista mucho de ser la suya, que hiela el alma del educando y que lejos de inspirarle confianza en sus propios esfuerzos y en la labor del maestro, le envuelve en una atmósfera de repulsiones mal contenidas. Quiere, antes que instruir sujetándose a programas ampulosos que en nada modifica la personalidad del indio, estimular la formación del carácter, la concepción de ideales e iniciarle en los hábitos de trabajo y prácticas higiénicas.
La Escuela Hogar quiere hacer del indio un hombre físicamente fuerte desarrollando su organismo por el trabajo, los juegos libres y las prácticas deportivas; moralmente sano, haciendo cristalización de sinceridad la escuela y llevando esa misma sinceridad a todas las manifestaciones externas; intelectualmente capacitado para comprender los problemas de la vida y poder resolverlos conforme a los dictados de una conciencia honrada.
La Escuela Hogar proclama como postulado intangible el respeto a la personalidad del niño indígena y por consiguiente, el respeto profundo que se debe guardar al espíritu mismo de la sociedad, por eso va ella a establecerse en el seno mismo del ayllo para comprender mejor al indio y cooperar con él en la tarea de su engrandecimiento.
La Escuela Hogar, como su, nombre lo indica, viene a ser un hogar en grande que llena las deficiencias del pequeño en las atenciones y cuidados que por derecho propio reclama la niñez y sirve de modelo