Amauta 21 Elegía plebeya por la compañera que murió imilla.
UVO del lampo el brillo casto sus ojos dulzura de torrente tranquilo, Buena como flor que repta por los campos saturaba de amor la candidez del aire.
Vino a ser panacea de almas, sus sonrisas agua de cristal de alboradas; tenían sus hijos la fuerza de la hierba y, nobles como el Sol, como él se acostaron un día entre el arrebol de fauce herida.
Despertó para mi espíritu cuando el pleamar sonaba en la distancia y mi carne la tuvo aprisionada para siempre con los cinco garfios y las siete cañas musicales del cielo. pero se durmió en el Tiempo. ala de rosa y pétalo de nube!
Amorosamente desde el cerro vé pasar el cortejo de kirkis y el llanto del pinkullo se pone azúcar en su mirada que tanto adormeció adorando.
Fué buena, fué buena, como es bueno el pan del pobre y la hediondez sencilla de la cocina todos los días.
Pero se fue, se fue, y el aire limpio para beberse, la pampa alhajada de lágrima, las canciones que escarban en la tierra oro y esmeralda silvestre.
Nadie sabrá desde este día su lindo olor de salvia.
Para cantar más largo sus querencias todas las flautas del Ande se van con ella llorando.
12, abril, 1929.
Gamaliel CHURATA.