Amauta 13 Las obras de irrigación actuales, como punto de partida para calcular la población antigua no son eficaces documentos históricos ni estadísticos. En los viejos tiempos indios, las obras de irrigación eran también numerosas y perfectas. Una civilización agrícola como la incaica que sembró de jardines y vergeles la costa del Perú, estaba fundamentada en una política de irrigación de la que quedan admirables ejemplos vivos en el país.
En muchos puntos del territorio peruano pueden admirarse hoy todavía restos de esas obras indígenas. En Cajamarca. Nazca y en casi toda la sierra del Perú: Vano sería insistir en la descripción de tales construcciones maravillosas ampliamente conocidas por relatos de viajeros y cronistas.
Si la población del Perú no llegó al fantástico número que hace suponer el de las Casas, no hay duda que fué inmensamente superior a lo que hace suponer el afamado historiador Pereyra. En realidad las cifras exactas sobrepasan los cálculos demográficos.
Hoy mismo podemos decir que en el Perú no sabemos a qué cifra asciende la población. La población indígena a la que escritores que no son del Perú suponen aherrojada en las heladas rinconadas de los Andes caminando a su desaparición, prolifera en realidad en cifras apreciables.
Hace muchos años que no se han hecho censos en el Perú, pero el eminente profesor de Estadística, doctor Oscar Arruz, no se ha equivocado al calcular en la estadística oficial del Perú para 1927, las siguientes cifras para los departamentos de mayor densidad de población india: Ancash 480, 000 Apurímac 280, 000 Arequipa 360, 000 Ayacucho 320, 000 Cajamarca 450, 000 Cuzco 700, 000 Huancavelica 230, 000 Huánuco 200, 000 Junín 450, 000 La Libertad 380, 000 Puno 700, 000 La estimación total para el Perú en 1927 señala la cifra de 147, 000 habitantes y este es el primer dato oficial desde el año 1896.
La estimación de la población de los departamentos de Cuzco y Puno, será seguramente aprobada para los estudiosos de los problemas de esas regiones. Seguramente su población es mayor.
Pero lo que más nos interesa saber es qué inmensa masa humana, se alimenta, vive y prolifera, merced al esfuerzo humano simple, sobre la naturaleza. En realidad un aprovechamiento verdaderamente económico perfeccionado, que permita hacer rendir a la tierra el mayor provecho, no se ha efectuado aún. No se han hecho obras de irrigación en las sierras, no se han hecho canales ni represas para el almacenamiento de aguas. La rotación de cultivos, el abono, todo está en su comienzo en las sierras. Sin embargo, sostiene a sus millones de habitantes.
Debe llamarnos además la atención este hecho. Los españoles al establecerse en el Perú se hicieron completamente americanos. Carlos Pereyra tiene páginas magistrales, en su precioso libro, en el capítu