BujarinMarxMarxismSocialismViolenceWorking Class

Amauta arbitraria categorización de los valores no está destinada a otra cosa que a satisfacer a los pseudo socialistas deseosos de que se les suministre una fórmula equivalente a la de los neo tomistas: primacía de lo espiritual. Henri de Man no podría explicar jamas satisfactoriamente en qué se diferencian los valores vitales de los materiales. al distinguir los, materiales de los espirituales tendría que atenerse al más arcaico dualismo.
En el apéndice ya citado de su libro sobre el materialismo histórico, Bukharin enjuicia así la tendencia dentro de la cual se clasifica de Man: Según Marx, las relaciones de producción son la base material de la sociedad. Sin embargo, en numerosos grupos marxistas (o, más bien, pseudo marxistas. existe una tendencia irresistible a espiritualizar esta base material. Los progresos de la escuela y del método psicológicos en la sociología burguesa no podían no contaminar los medios marxistas y semi marxistas. Este fenómeno marchaba a la par con la influencia creciente de la filosofía académica idealista. Se pusieron a rehacer la construcción de Marx introduciendo en su base material la base psicológica ideal. la escuela austriaca (Bohm Bawark) Word y tutti quanti. En este menester, la iniciativa volvió al austro marxismo teóricamente en decadencia. Se comenzó a tratar la base material en el espíritu del Pickwick Club. La economía, el modo de producción pasaron a una categoría inferior a la de las reacciones psíquicas. El cimiento sólido de lo material desapareció del cdificio social.
Que Keyserling y Spengler, sirenas de la decadencia, continúen al margen de la especulación marxista. El más nocivo sentimiento que podría turbar al socialismo, en sus actuales jornadas, es el temor de no parecer bastante intelectualista y espiritualista a la crítica universitaria. Los hombres que han recibido una educación primaria escribía Sorel en el prólogo de Reflexiones sobre la Violencia tienen en general la superstición del libro y atribuyen fácilmente genio a las gentes que ocupen mucho la atención del mundo letrado; se imaginan que tendrían mucho que aprender de los autores cuyo nombre es citado frecuentemente con elogio de los periódicos; escuchan con un singular respeto los comentarios que los laureados de los concursos vienen a aportarles. Combatir estos prejuicios no es cosa fácil; pero es hacer obra útil. Consideramos este trabajo como absolutamente capital y podemos llevarlo a buen término sin ocupar jamás la dirección del mundo obrero. Es necesario que no le ocurra al proletariado lo que le sucedió a los Germanos que conquistaron el imperio romano: tuvieron vergüenza e hicieron sus maestros a los retores de la decadencia latina, pero no tuvieron que alabarse de haberse querido civilizar. La admonición del hombre de pensamiento y de estudio que mejor partido sacó para el socialismo de las enseñanzas de Bergson, no ha sido nunca tan actual como en estos tiempos intérinos de estabilización capitalista.
15 sentimiento mesiánico, romántico, más o menos difundido en la juventud intelectual de post guerra, que la inclina a una idea excesiva, a veces delirante, de su misión histórica, influye en la tendencia de esta juventud a encontrar al marxismo más o menos retrasado, respecto de las adquisiciones y exigencias de la nueva sensibilidad. En política, como