BourgeoisieBujarinLeninLiberalismMarxMarxismSocialism

IS Amauta fía idealista, históricamente, es la filosofía de la sociedad liberal y del orden burgués. sa sabemos los frutos que desde que la burguesía se ha hecho conservadora, da en la teoría y en la práctica. Por un Benedetto Croce que, continuando lealmente esta filosofía, denuncia la enconada conjuración de la cátedra contra el socialismo, desconocido como idea que surge del desenvolvimiento del liberalismo. cuántos Giovanni Gentile, al servicio de un partido cuyos ideólogos, fautores sectarios de una restauración espiritual del Medio Evo, repudian en bloque la modernidad? La burguesía, historicista y evolucionista dogmática y estrechamente, en los tiempos que, contra el racionalismo y el utopismo igualitarios, le bastaba la fórmula: todo lo real es racional. dispuso entonces de casi la unanimidad de los idealistas.
Ahora que no sirviéndole ya los mitos de la Historia y de la Evolución para resistir al socialismo, deviene anti historicista, se reconcilia con todas las iglesias y todas las supersticiones, favorece el retorno a la trascendencia y a la teología, adopta los principios de los reaccionarios que más sañudamente la combatieron cuando era revolucionaria y liberal, otra vez encuentra en los sectores y en las capillas de una filosofía idealista bonne a tout faire. neo kantistas, neo pragmatistas, etc. solícitos proveedores, ora dandys y elegantes como el conde Keyserling, ora panfletarios y provinciales a lo Leon Bloy, como Domenico Giulliotti, de todas las prédicas útiles al remozamiento de los más viejos mitos.
Es posible que universitarios vagamente simpatizantes de Marx y Lenin, pero sobre todo de Jaurés y Mc Donald, echen de menos una teorización o una literatura socialista, de fervoroso espiritualismo, con abundantes citas de Keyserling, Scheler, Stammler y aún de Steiner y Krishnamurti. Entre estos elementos, ayunos a veces de una seria información marxista, es lógico que el revisionismo de Henri de Man, y hasta otro de menos cuantía, encuentre discípulos y admiradores.
Pocos entre ellos, se preocuparán de averiguar si las ideas de Más allá del marxismo son al menos originales, o si, como lo certifica el propio Vandervelde, no agregan nada a la antigua crítica revisionista: Tanto Henri de Man como Max Eastman, extraen sus mayores objeciones de la crítica de la concepción materialista de la historia formulada hace varios años por el profesor Bradenburg en los siguientes términos: Ella quiere fundar todas las variaciones de la vida en común de los hombres en los cambios que sobrevienen en el dominio de las fuerzas productivas; pero ella no puede explicar por qué éstas últimas deben cambiar constantemente y por qué este cambio debe necesariamente efectuarse en la dirección del socialismo. Bukharin responde a esta crítica en un apéndice a La theorie du materialisme historique. Pero más fácil y cómodo es contentarse con la lectura de Henri de. Man que indagar sus fuentes y enterarse de los argumentos de Bukharin y el profesor Brandenburg, menos difundidos por los distribuídcres de novedades.
Peculiar y exclusiva de la tentativa de espiritualización del socialismo de Henri de Man es, en cambio, la siguiente proposición: Los valores vitales son superiores a los materiales, y entre los vitales, los más elevados son los espirituales. Lo que en el aspecto eudomonológico podría expresarse así: en condiciones iguales, las satisfacciones más apetecibles son las que uno siente en la conciencia cuando refleja lo más vivo de la realidad del yo y del medio que lo rodea. Esta