BujarinJosé Carlos MariáteguiMarxismSocialismWorkers MovementWorking Class

A MAUTA 23 LIMA MAYO 1929 por DEFENSA DEL MARXISMO, José Carlos Mariátegui. Continuación. Véase el No. 22 de Amauta) har a Vandervelde contribuye con varios otros argumentos a la refutación de Henri de Man. El esquema del estado afectivo de la clase obrera industrial que Henri de Man ofrece, y que lo conduce a un olvido radical del fondo económico de su movimiento, no prueba absolutamente, con sus solos elementos psicológicos, lo que el revisionista belga se imagina probar. Yo puedo amitir escribe Vandervelde este respecto que el instinto de clase es superior a la consciencia de clase, que no es indispensable que los trabajadores hayan dilucidado el problema de la plusvalía para luchar contra la explotación y la dominación de que son víctimas, que no es únicamente el instinto adquisitivo lo que determina sus voliciones sociales; pero en definitiva, después de haber dado con él un rodeo psicológico, interesante del resto, regresamos a lo que, desde el punto de vista socialista, es verdaderamente esencial en el Marxismo; es decir, la primacía de lo económico, la importancia primordial del progreso de la técnica, el desarrollo autónomo de las fuerzas productivas, en el sentido de una concentración que tiende a eliminar o a subordinar las pequeñas empresas, a acrecentar el proletariado, a transformar la concurrencia en monopolio y a crear finalmente una contradicción ostensible entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la apropiación capitalista. La afirmación de Henri de Man de que en último análisis, la inferioridad social de las clases laboriosas no reposa en una injusticia política, ni en un prejuicio económico, sino en un estado psíquico. es para Vandervelde una enormidad. De Man ha superpuesto la psicología a la economía, en un trabajo realizado sin objetividad científica, sin rigor especulativo, con el propósito extra científico y anti científico de escamotear la economía. Vandervelde no tiene más remedio que negar que su interpretación psicológica del movimiento obrero, cambie algo que sea esencial en lo que hay de realmente sólido en las concepciones económicas y sociales del Marxismo.
Paralelamente al libro de Henri de Man, Vandervelde examina la Theorie du Materialisme historique de Bukharin. su conclusión comparativa es la siguiente: Si hubiese que caracterizar con una palabra excesiva por lo demás las dos obras que acaban de ser analizadas, tal vez se podría decir que Bukharin descarna al marxismo so