84 Amauta reforma social, sin eutrapelismos, formando frentes únicos de avanzada y haciendo actualidad de sucesos, únicas formas de liberarse de la gran responsabilidad de vivir.
PROCESOS LA VERDAD SOBRE LA CATASTRO.
FE MINERA DE MOROCOCHA (5 de diciembre de 1928)
Por ABELARDO SOLIS.
dada cada vez, a medida que las admoniciones pretenden demoler las clases debilitadas. Carlos Arbulú Miranda y a Nicanor Delafuente les ha tocado, en suerte, dirigir este movimiento libertario en Chiclayo. Los dos acusan un temperamento idéntico de definición artístico social. La atención que prestan a los sucesos y a los problemas colectivos, y el empeño que ponen en la acción adventista de la nueva cultura, junto con la conquista de los derechos para el hombre, no podían situarlos sino en la línea de frontera que hoy ocupan. Ellos saben por demás, que crear, identificarse con la vida en constante lucha, desgarrarse por las clases oprimidas y expoliadas, volverse añicos por las causas humanas y caer allí donde cae todo hombre que pertenece a los demás por su pensamiento y por su músculo, esa y no otra es la labor de los hombres de sangre pujante, que se dan a la tarea de salvar las nacionalidades del naufragio del tiempo y de la época.
Por lo demás, aquella falange de trabajadores intelectuales y manuales de Chiclayo, en perfecto engranage ideológico, demás es decirlo, marcha de conflicto en conflicto, de causa en causa, de suceso en suceso, desdeñando la absurdidez de las jerarquías y volqueteando los errores de la vida con decisión y firmeza.
Chiclayo tiene, pues, por hoy, la hegemonia de la cultura de avanzada del norte del país, cuya representación máscula se halla en el espíritu mul.
tiforme, polifacético de Antenor Orrego, en aquel hombre fuerza, integrado de conceptos revolucionarios, hito inicial de la cultura viva.
De allí, que en estos momentos de agitación y de inquietud espiritual se haga un imperativo que las juventudes de todos los pueblos, al igual que Cuzco, Puno y Chiclayo, cuya influencia intelectual, en cierto modo, se debe al proceso cultural de Trujillo, se organicen fuertemente, se pluralicen en la acción y en la lucha, aprestándose a recibir las nuevas corrientes de esa Después de todo lo publicado sobre la catástrofe minera de Morococha, ocurrida el de diciembre de 1928, precisa que se conozcan las causas de ese hecho y la culpabilidad que ha habido en su realización. La Cerro de Pasco Cooper Corporation, y sobre todo sus servidores, demostraron mucho celo para ocultar al público la verdad o por lo menos, para falsearla con informaciones interesadas y con datos equivocados e incompletos. Calmada la ansiedad pública con esas informaciones, puede decirse ahora, que lo sucedido en Morococha no sigue mereciendo siquiera atención ni recuerdo alguno. Sin embargo cabe remarcar el carácter culposo que ha tenido catástrofe minera y que ese conocimiento sirva para inspirar en lo sucesivo, la adopción de medidas eficaces que protejan los derechos de los trabajadores y sus vidas.
Se ha narrado en todos los diarios de Lima y en los periódicos de provincias, las escenas y los caracteres que ha tenido el accidente minero de Morococha. Todas las informaciones, no obstante, se han limitado a describir la magnitud de la catástrofe y a consignar diversas versiones sobre la forma en que se produjo el derrumbe e inundación de las minas de la Cerro de Pasco Copper Corporation. Pero nadie habrá leído una sola información en la que se exprese concretamente la causa principal del accidente y su carácter culposo. Parece que el miedo o cualquier otro sentimiento convencionalismo, han impedido a los