50 Amauta podrá redimirla en poco tiempo. Esta es una ventaja extraordinaria pues así se evitará la intromisión exterior por esta causa. Una buena administración podría casi inmediatamente, si lo quisiera, redimir la deuda exterior en su totalidad.
CONDICIONES DEL TRABAJO en El peón venezolano, que forma la mayoría de la población laborante, ya que las industrias son tan pocas y embrionarias, permanece en la primera etapa de la explotación del hombre por el hombre, esto es, sometido a un régimen feudal, pre maquinista, en que el capataz o el amo le paga los sábados con el revólver sobre la mesa, junto al libro de cuentas, y lo arrea en el surco con el foete. Los indígenas, especialmente, los de la Goajira, son todavía cazados, vendidos y regalados como esclavos. El escritor don Jesús Semprún ha escrito patéticamente sobre esto. La miseria es tanta, que los Andes, donde la sal es carísima por el monopolio del gobierno, la población rural apenas la prueba, desarrollándose el bocio. coto. y la anemia. imbombera. grande escala y pereciendo de estos males o idiotizándose por ellos gran parte de la población, especialmente los niños, por alimentarse sólo con cambures o raíces sin sal. Esta población perpetuamente hambreada, analfabeta, es cazada cada tanto tiempo para el servicio militar del gobierno, o para las matanzas de la revuelta sin ideales ni principios y sobre todo, sin beneficio alguno para el peón, que siempre queda siendo un paria. El servicio militar, que en otras partes sirve de escuela más o menos útil, en Venezuela es tan oprobioso y brutal, sobre todo por los castigos que se imponen a los infelices y el régimen de hambre a que se les somete, que muchos de los reclusos en los cuarteles se tuberculizan o terminan poniéndose la trompetilla del Máuser bajo la quijada y oprimiendo el gatillo liberador con el pie. Son tan ignaros que ni siquiera se les ocurre dirigir el golpe contra sus verdugos.
Las tropas son empleadas por el Gobierno de Gómez en el laboreo de sus haciendas, minas y hatos de ganado, recibiendo en estos trabajos no mejor trato que en los cuarteles. Las insurrecciones y protestas aunque infructuosas, han sido frecuentes en los últimos años.
Hay quienes predicen que en Venezuela no hay problema social.
Para los cientistas que defienden al gobierno, y aun para muchos que se dicen revolucionarios, en general, en Venezuela no hay problemas de ninguna clase. La verdad es que se trata de agudo, sufrimientos que deberán ser terminados o acabarán con la existencia misma del país, como nación independiente. Su origen es completamente fácil de situar: el absolutismo político, las dictaduras perpétuas e irresponsables, en beneficio de un mandón, su familia y una camarilla de ricos y nuevos ricos, a la cual periódicamente se suman los ministros extranjeros y los especuladores que no tienen empacho en hacer el juego al sistema.
No existen organizaciones obreras en Venezuela si se exceptúa algunos embriones perseguidos que han manifestado su existencia a últimas fechas protestando contra las condiciones imperantes. El gobierno ha simulado que esas organizaciones existen en los últimos años; pero han sido descalificadas hasta por la American Federation Labor. que no las ha querido aceptar en su seno.
De la situación del trabajador venezolano puede juzgarse por un dato. Habiéndose desarrollado maravillosamente, las explotaciones pe.
troleras alrededor del lago de Maracaibo, acudieron allí por miles en