Amauta 19 EVOLUCION DEL ARTE FAUSTICO.
Durante la iniciación del ideal cristiano las formas antiguas del arte debieron por los mismos motivos que la mutación religiosa sufrir una rápida desvaloración. Pero ya antes el ideal helénico había alcanzado su completa senectud, no por oposición de otras realidades, sino porque, en las tendencias artísticas, así como en todas las cosas de la vida, la duración limitada es una ley fatal. Las realidades ideológicas son tan sólo valederas durante su iniciación y crecimiento, mientras conservan focos de potencialidad que hagan posible la nueva creación, el nuevo cambio. Cuando estos asientos de vida han perecido, cuando toda la actividad sólo ha dejado residuos estructurales, aquellas verdades que antes lo fueron se tornan indiferentes, ya no alcanzan el sentir humano; y puesto que ya no se transforman, ya no son la verdad. como la vida procede por fragmentos más o menos cercanos o apartados en el tiempo, todas sus propias creaciones están condenadas al inevitable advenimiento de la muerte. La vie est la mort, según Claude Bernard.
Pero no hay que exagerar, porque si tal ocurre será porque el nacimiento de lo nuevo lo exige. Lo único verdaderamente raro, lo nico que nos sorprende, es que la evolución no se haga contínua, y que se vea obligada la vida a proceder por ciclos como si toda actividad prolongada le fuera imposible dentro de un mismo sistema. La célula, la alternancia del sueño y la vigilia, la duración de la vida, de los estilos artísticos, de las culturas, son cosas limitadas, y estrechamente limitadas en un ciclo.
La conservación de los focos potenciales asientos de la vidaes otra de las indispensables condiciones. La desaparición de esos focos trae luego la muerte. En las plantas y en los animales hay aparte de las células funcionales una categoría de células que diariamente sustituye las pérdidas orgánicas y condiciona la nueva formación. Tan pronto como esas células son impotentes para cubrir las exigencias, el organismo muere. Lo mismo pasa con la productividad de un artista, con la continuación de las culturas. Cada vez que sus leyes, su estilo, sus creencias, han dejado de ser íntimo afecto, habrán también dejado de ser focos de producción. Tal es el condicionamiento de la senecCuando la cultura helénica había muerto la tendencia cristiana debió tropezar con sus últimos residuos, y debió necesariamente, como en tales casos en lo orgánico tratar de fagocitarlos. Viene la época caótica precursora del gran resurgimiento. El horror del incesto que se impone hace que toda la construcción antigua se convierta en tabú.
Perseguidos de un celo atormentante, procuran enterrar las coluunas y colorines de las iglesias bizantinas. Si el arte helénico y el bizantino quedan tabú, debía de ser imposible buscar en ellos el ideal para el resurgimiento, y por entre sus complejos desequilibrados y caóticos debió surgir un estilo provisional y tosco. No de otra forma puede ser la interpertación del ideal románico.
Pero el surgimiento de un arte nuevo un verdadero artempone fin a la época caótica. Los grandes desequilibrios entonces desaparecen porque las tendencias humanas deben de haber obtenido los cauces que llevan hacia la actualización apetecida. Difícilmente comprenderemos la esencia del estilo gótico si no buscamos las verdade: as fuentes causales, productoras para ese momento histórico de los estados psítud.