MarxismSocialism

16 Amauta 13 ANDERVELDE, en su reciente libro Le Marxisme a il fait faillite? que reune estudios dispares, sobre teoría y política socialistas, examina principalmente la tesis expuesta por Henri de Man en su notorio volumen (que en su edición alemana tiene el título mesurado de Zur Psychologie des Sociausmus. y en su menos notoria conferencia a los estudiantes socialistas de París.
Vandervelde, que, como ya lo he recordado, participó temprano en el revisionismo, comienza por rememorar, no sin cierta intención irónica, la antigüedad de la tendencia a fáciles y apresuradas sentencias a muerte del socialismo. Cita la frase del académico Raybaud después de las jornadas de junio de 1848: El socialismo ha muerto; hablar de él, es pronunciar su oración fúnebre. Mezcla a renglón seguido, con evidente fin confusionista, las críticas de Menger y Andler con las de Sorel. Opone, en cierta forma, la tentativa revisionista también de Nicholson, que prudentemente se contenta con anunciar el renovamiento del marxismo, a la tentativa de Henri de Man, que proclama su liquidación. Pero, después de un capítulo en que deja a salvo su propio revisionismo, se declara en desacuerdo con ciertos jóvenes e impresionables lectores que han creído ver en la obra de Henri de Man la revelación de una doctrina nueva. La reacción del autor de Más allá del Marxismo. en general, le parece excesiva.
Si se tiene en cuenta que la propaganda de Más allá del Marxismo ha explotado el juicio de Vandervelde sobre esta obra, considerada por él como la más importante que se ha publicado después de la guerra sobre el socialismo, sus reservas y sus críticas cobran una oportunidad y un valor singulares. Vandervelde, en el curso de su carrera política, aunque él lo discuta, ha abandonado visiblemente la línea marxista. En su época de teorizante, su posición fué la de un revisionista; y en sus tiempos de parlamentario y ministro lo ha sido mucho más. Todos los argumentos del revisionismo viejo y nuevo le son familiares. En el caso de que de Man hubiera encontrado, efectivamente, los principios de un nuevo socialismo no marxista o post marxista, Vandervelde, por mil razones especulativas, prácticas y sentimentales, no habría dejado de regocijarse. Pero de Man no ha descubierto nada, ya que no se puede tomar como un descubrimiento los resultados de un ingenioso, y a veces feliz, empleo de la psicología actual en la indagación de algunos resortes psíquicos de la acción obrera. Vandervelde, advertido y cauteloso, debe tomar a tiempo sus precauciones, contra cualquier super estimación exorbitante de las tesis de su compatriota. Reconoce así, de modo categórico, que no hay nada absolutamente esencial en el libro de de Man que no se encuentre ya, al menos en gérmen, en Andler, en Menger, en Jaurés y aún en ese buen viejo Benoit Malon. esto equivale a desautorizar, a desvanecer completamente, por parte de quien más importancia ha atribuído al libro de Henri de Man, la hipótesis de su novedad u originalidad. Concluirá en el próximo número)