Amauta 77 u t o n os Otros UE pura eres de sol o de noche caída, que triunfal, desmedida, tu órbita de blanco, y tu pecho de pan, alto de clima, tu corona de árboles negros, bienamada, y tu nariz de animal solitario, de oveja salvaje, que huele a sombra y a precipitada fuga tiránical Ahora, que armas espléndidas mis manos, digna su pala de hueso y su lirio de uñas, y el puesto de mi rostro, y el arriendo de mi alma, están situados en lo justo de la fuerza terrestre.
Qué pura mi mirada de nocturna influencia, caída de ojos oscuros y feroz acicate, mi simétrica estatua de piernas gemelas sube hacia estrellas húmedas cada mañana, y mi boca de exilio muerde la carne y la uva, mis brazos de varón, mi pecho tatuado en que penetra el vello como ala de estaño; mi cara blanca, hecha para la profundidad del sol, mi pelo hecho de ritos, de minerales negros, mi frente penetrante como golpe o camino, mi piel de hijo maduro, destinado al arado, mis ojos de sal ávida, de matrimonio rápido, mi lengua, amiga blanda del dique y del buque, mis dientes de horario blanco, de equidad sistemática, la piel que hace a mi frente un vacío de hielos y en mi espalda se torna y vuela en mis párpados, y se repliega sobre mi más profundo estímulo, y crece hacia las rosas en mis dedos, en mi mentón de hueso y en mis pies de riqueza. tú, como un mes de estrella, como un beso fijo, como estructura de ala o comienzos de Otoño, niña, mi partidaria, mi amorosa, la luz hace su lecho bajo tus grandes párpados, dorados como bueyes, y la paloma redonda hace sus nidos blancos frecuentemente en tí.
Qué pompa joven de oro o reunidas frutas, y qué disposición dulce, que fulgor definido de uña, de seda súbita y fuerza sedienta, y un olor de perla ardiendo corre por tu cadera hasta tus pies cerrados en ribete de estío.
Hecha de ola en lingotes y tenazas blancas, tu salud de manzana furiosa se estira sin límite, el tonel temblador en que escucha tu estómago, tus manos hijas de la harina y del cielo.