Amauta 73 11 TOM reciente libro de Max Eastman La Ciencia de la Revolución. coincide con el de Henri de Man en la tendencia a estudiar el marxismo con los datos de la nueva. Psicología.
Pero Eastman que, resentido con los bolcheviques, no está Jexento de móviles revisionistas, parte de puntos de vista distintos de los del escritor belga y, bajo varios aspectos, aporta a la crítica del marxismo, una contribución más original. Henri de Man es un hereje del reformismo o la social democracia; Max Eastman es un hereje de la revolución. Su criticismo de intelectual super trotkysta, lo divorció de los Soviets a cuyos jefes, en especial Stalin, atacó violentamente en su libro Depuis la morte de Lenin Max Eastman está lejos de creer que la psicología contemporánea en general, y la psicología freudiana en particular, disminuyan la validez del marxismo, como ciencia práctica de la revolución. Todo lo contrario: afirma que la refuerzan y señala interesantes afinidades entre el carácter de los descubrimientos esenciales de Marx y el de los descubrimientos de Freud, así como de las reacciones provocadas en la ciencia oficial por uno y otro. Marx demostró que las clases idealizaban o enmascaraban sus móviles y que, detrás de sus ideologías, esto es de sus principios políticos filosóficos o religiosos, actuaban sus intereses y necesidades económicas. Esta aserción, formulada con el rigor y el absolutismo que en su origen tiene siempre toda teoría revolucionaria, y que se acentúa por razones polémicas en el debate con sus contradictores, hería profundamente el idealismo de los intelectuales, reacios hasta hoy a admitir cualquier noción científica que implique una negación o una reducción de la autonomía y majestad del pensamiento, o, más exactamente, de los profesionales o funciona: rios del pensamiento.
Freudismo y marxismo, aunque los discípulos de Freud y de Marx no sean todavía los más propensos a entenderlo y advertirlo, se emparentan, en sus distintos dominios, no sólo por lo que en sus teorías había de humillación. como dice Freud, para las concepciones idealistas de la humanidad, sino por su método frente a los problemas que abordan Para curar los trastornos individuales, observa Max Eastman el psi. coanalista presta una atención particular a las deformaciones de la conciencia producidas por los móviles sexuales comprimidos. El marxista que trata de curar los trastornos de la sociedad, presta una atención particular a las deformaciones engendradas por el hambre y el egoísmo. El vocablo ideología de Marx es simplemente un nombre que sirve para designar las deformaciones del pensamiento social y político producidas por los móviles comprimidos. Este vocablo traduce la idea de los freudianos, cuando hablan de racionalización, de substitución, de traspaso, de desplazamiento, de sublimación. La interpretación económica de la historia no es más que un psicoanálisis generalizado del espíritu.
social y político. De ello tenemos una prueba en la resistencia espamó.
dica e irrazonada que opone el paciente. La diagnosis marxista es considerada como un ultraje, más bien que como una constatación científica.
En vez de ser acogida con espíritu crítico verdaderamente comprensivo, tropieza con racionalizaciones y reacciones de defensa del caracter más violento e infantil.
Freud, examinando las resistencias al Psicoanálisis, ha descrito ya estas reacciones, que ni en los médicos ni en los filósofos han obedecido