Amauta 59 po económico, se ensayaba el comunismo en forma extrema: nacionalización de las industrias, supresión del comercio privado, monopolio de los productos agrícolas por el Estado; y, para salvar los apuros fiscales, se hacían desordenadas emisiones de papel moneda.
Terminada la guerra civil a principios de 1920, el gobierno dirigió su atención a la reconstrucción económica e intentó establecer un plan uniforme de actividad en todo el país, basado en la electrificación de las industrias y la concentración de la producción industrial y agrícola, de las vías de comunicación, el comercio exterior, la repartición y el consumo, aplicando el principio del trabajo obligatorio por métodos de coacción militar.
La economía rusa sufrió durante esos ensayos graves trastornos y quebrantos, en parte semejantes a los sufridos por toda Europa por causas generales derivadas de la guerra, y en parte por el fracaso del comunismo extremo. He aquí como reconoce ese fracaso el mismo Lenin, en su famoso discurso de 17 de octubre de 1921, ante el Comité de Educación Política del Congreso del Partido Comunista. En teoría, desde 1918 nuestra literatura subrayaba claramente que la sociedad capitalista pasa a la comunista previo un largo período de control y de reglamentación socialista, más esto lo hemos olvidado, por decirlo así, en la fiebre de la guerra civil. Nuestra derrota en el frente económico no da lugar a dudas y es una derrota muy grave; planteamos, pues la cuestión de la nueva política económica con plena conciencia. Está comprobado que nuestra política económica, tal como era concebida por los órganos directores, no correspondía en modo alguno a lo que pasaba en las masas, y que no era capaz de levantar las fuerzas productoras. La rehabilitación de las fuerzas productivas era dificultada por las requisas en las aldeas y por la introducción inmediata de los métodos comunistas en las ciudades.
Esta política es la que ha provocado la crisis profunda, económica y política, que ha hecho estragos en la primavera de 1921 El citado discurso y otros que pronunció Lenin ante el Congreso del Partido Comunista marcan un cambio fundamental en la política del gobierno soviético. Se inicia la llamada nueva política económica (la Nep. El monopolio del Estado sobre los productos agrícolas es abolido y reemplazado.
Siguiendo esa política moderada y realista que se mantiene hasta hoy, el gobierno soviético ha saneado el sistema monetario de Rusia en forma análoga a otros pueblos capitalistas, y ha avanzado tanto como éstos en la tarea de su reconstrucción económica. Sin perjuicio de esta labor, lleva adelante su programa socialista de educación popular y radical transformación de las instituciones jurídicas y económicas y plantea ante el mundo un programa pacifista más avanzado que los tímidos proyectos de la diplomacia occidental.
Este rápido esbozo de la obra reconstructiva realizada por el gobierno bolchevique en medio de las circunstancias más desfavorables es su mejor justificación ante la historia. Es inútil discutir sobre hipótesis tales como la posible superioridad de un gobierno democrático liberal, o la conveniencia de que Rusia hubiera evolucionado gradualmente del zarismo al socialismo. El hecho es que en medio de la impotencia y anarquía general, el bolchevismo impuso el orden y la organización, salvó a su pueblo de aventureros incapaces, lo defendió de la hambruna, de la invasión extranjera y del bloqueo,