BolshevismBourgeoisieRussian RevolutionSovietTrotskyWorking Class

52 Amauta Mientras los socialistas moderados aceptaban los soviets sólo como órgangs de educación y propaganda política, independientes de la maquinaria gubernativa, los bolcheviques los consideraban como el verdadero instrumento de la revolución social y de la dictadura proletaria, como en efecto lo fueron.
León Trotsky explica muy bien el papel de los soviets en la revolución rusa Los soviets, dice, son un instrumento de dominio proletario que no pueden ser sustituídos por nada, precisamente porque sus cuadros son flexibles y elásticos y todas las manifestaciones, no sólo sociales sino también políticas que se producen en la posición relativa de la clases, pueden hallar inmediatamente su expresión en el mecanismo sovietista. Empezando por las grandes fábricas, los Soviets hacen entrar luego en su organización a los obreros de los talleres y a los empleados de comercio; de ahí se trasladan a los pueblos, organizan la lucha de los campesinos contra los terratenientes, y alzan más tarde a las capas inferiores y medias del mundo campesino contra los labradores ricos. El Estado obrero toma a su servicio innumerables empleados que pertenecen en ciertos respectos a la burguesía y al mundo intelectual burgués. medida que se acostumbran a la disciplina del régimen soviético, adquieren la posibilidad de hacerse representar en el sistema de los Soviets. Ensanchándose y reduciéndose a veces, según se extiendan o disminuyan las posibilidades sociales conquistadas por el proletariado, istema sovietista sigue siendo el instrumento de Gobierno de la revolución social en su dinámica interna, en sus errores y en sus éxitos. Cuando la revolución social haya triunfado definitivamente, el sistema sovietista se extenderá a toda la población, perdiendo por lo mismo desde entonces su carácter gubernamental, y se transformará en una poderosa cooperación de productores y consumidores.
El sistema de congresos permitió a los soviets adquirir una organización sólida que fué el secreto de su éxito. Ese sistema había sido ya adoptado instintivamente por todas las uniones políticas y económicas liberales o revolucionarias de Rusia, inclusive por las Uniones de municipios urbanos y rurales formadas durante la guerra para cooperar con el Gobierno en ciertos aspectos de la actividad bélica. Tiene por base, no el individuo, sino el grupo profesional, administrativo o político, unidad colectiva, cuyos representantes forman el congreso general de la organización. Este congreso, que se reune periódicamente por corto tiempo, tiene la plenitud de los poderes; pero se limita a establecer las directivas generales y delega sus derechos comité directivo permanente bastante numeroso. Este último, a su vez, elige para el despacho de los asuntos corrientes un órgano ejecutivo de pocos miembros, responsable ante el comité.
La revolución de octubre no hizo otra cosa que aplicar a la organización del Estado ese sistema de congresos, comités y consejos que hasta entonces sólo había sido utilizado por agrupaciones independientes del Estado.
División cuantitativa del poder público. Otro de los caracteres peculiares del régimen político bolchevique es su radical apartamiento de la doctrina clásica de la separación de poderes. No es rasgo original porque ese principio se ha atenuado mucho en la práctica constitucional de todos los pueblos y tiene mínima importancia en los sistemas parlamentarios y en el colegiado de Suiza. Sin embargo, Ru(Sigue en la página 57)
a un