Bourgeoisie

Amauta 39 Dos infantes oblongos deliran y al cielo levantan sus rápidas manos y dos rubias gigantes suspiran y el coro preludian cretinos ancianos. al dulzor de virgíneas camelias va en pos del cortejo la banda macrovia y rígidas, fuertes, las tías Adelias, y luego cojeando, cojeando la novia. Las Bodas Vienesas. la sombra de los estucos Hegan viejos y zancos, en su mamelucos los vampiros blancos. Diosa Ambarina. Les magnates postradores aduladores al suelo el penacho inclinan los corvados, los bisiestos dan sus gestos, sus gestos, sus gestos y la turba melenuda estornuda, estornuda, estornuda. El Duque. En Eguren subsiste, mustiado por los siglos, el espíritu aristocrático. Sabemos que en el Perú la aristocracia colonial se transformó en burguesía republicana. El antiguo encomendero reemplazó formalmente sus principios feudales y aristocráticos por los principios demoburgueses de la revolución libertadora. Este sencillo cambio le permitió conservar sus privilegios de encomendero y latifundista. Por esta metamorfosis, así como no tuvimos bajo el Virreinato una auténtica aristocracia, no tuvimos tampoco bajo la república una auténtica burguesía. Eguren el caso tenía que darse en un poeta es talvez el único descendiente de la genuina Europa medioeval y gótica. Biznieto de la España aventurera que descubrió América, Eguren se satura en la hacienda costeña en el solar nativo, de ancianos aromas de leyenda Su siglo y su medio no sofocan en él del todo el alma medioeval. En España, Eguren habría amado como Valle Inclán los héroes y los hechos de las guerras carlistas. No nace cruzado es demasiado tarde para serlo, pero nace poeta. La afición de su raza a la aventura se salva en la goleta corsaria de su imaginación. Como no le es dado tener el alma aventurera, tiene al menos aventurera la fantasía.
Nacida medio siglo antes, la poesía de Eguren habría sido mántica (3. aunque no por esto de mérito menos imperecedero. Nacido bajo el signo de la decadencia novecentista, tenía que ser simbolista. Maurras no se engaña cuando mira en el simbolismo la cola de la To