Amauta 31 mona. es probable que a Ramona la suceda cualquier Valencia. mientras que la Pavane todavía se crispa a la sordina para los pocos que acuden a escucharle. No es motivo suficiente para entenderla el haber ido a un concierto de Ruiz Díaz. Un amigo me refiere que salieron, después de escuchar a Erick Satie y Ravel, dos hombres ya entrados en años, y el uno dijo, molesto. Esto no lo entiendo yo. Yo tampoco respondió el otro. pero cuánto daría por entenderlo.
Mientras sonaban los dinamitazos para descuajar un trozo de montaña andina, Eguren se entretenía en fotografiar el panorama con su máquina miniaturesca, de su exclusiva invención, todo así, miniado, prolijo, aparentemente imperceptible, pero conteniendo toda la pers.
pectiva, los personajes todos, bajo su apariencia de juguete.
Hizo de la poesía juguete, pero sin acróstico, sistema que algunos toman por juego, confundiendo la majadería y la monomanía con el entretenimiento.
Han pasado, desde entonces, muchos de mayo, muchos 28 de julio, muchos 12 de octubre, muchos 25 de diciembre, y Eguren no ha conmemorado todavía, ni siquiera la muerte de Valdelomar a quien vivió tan ligado. Puede ser que le ocurran muchos males críticos a José María, pero estoy seguro de que, por lo menos, nadie dirá de él: escribió una necrología para Fulano de Tal, o tomó parte en el concurso de versos alusivos a la apertura del Canal de Nicaragua.
Toda la pureza que respiraban sus versos es la de un niño. No hay heroísmos de Antonio tentado por mil mujeres turbadoras, sino pureza de Luis Gonzaga. Las mujeres son sombras, creaciones incorpóreas, Ligeias como en Poe. Pocas veces dice mujer. prefiere escribir niña. La de la Lampara azul debió ser llamada doncella. pero a él no le gusta referirse a las cuestiones del sexo.
En su retiro de Barranco pudo escribir versos lunáticos. Mucho lo hicieron. Las olas, el mar, las playas, la luna, la tristeza. Pero, no se reconocen los sitios de los versos de Eguren. Es poco fácil reconstruir una cronología y una topografía de sus poemas como en casi todos los demás. Devolvió al arte su categoría intemporal y extrasocial.
Para muchos no tiene otra significación que la de poeta. Sin embargo, yo le encuentro la de reacionar violentamente contra el medio universitario y apatronado de su época. De ahí que, inconscientemente, buscara apoyo en el único que podía entenderlo por ser un desadaptado: Prada. veces, sus versos, sus palabras, su actitud especialmente, traen a la memoria el Shelley que nos pinta Maurois. Vive fuera del tiempo, de la hora, del minuto. Si alguna cronología admite es la teosófica de kharmas.
Muchos aciertos recuerdo del poeta. Quisiera recoger algunos. Prefiero repetir solo un verso de Juan Volatín. el duende vida vana; y no oirle jamás explicar sus versos, porque hay símbolos y razones que sólo el espíritu advierte cuando está en su hora. Como esa hora no ha llegado para todos, es justo que todavía se le niegue. El caso de Ramona y la Pavane pour une infante.