Amauta 23 Nacido en 1882, José María Eguren ha publicado hasta ahora solamente dos libros: Simbólicas (1911) y La Canción de las Figuras (1916. Tiene inédito el libro Sombra y ha anunciado una novela fantástica.
José María Eguren: un locuaz hombrecillo vestido de negro que conversa en las esquinas. En el cuello de pajarita, la corbata hace un nudo desmesurado que tiende al desastre. Ropa modesta. Un hongo tapa mal el cabello abundante que empieza a ser gris. Lejano parecido a Edgard Poe a la vez que un absurdo recuerdo fugaz de Charles Chaplin. José María Eguren: nerviosidad, deferencia también para el necio. Qué nos cuenta, poeta? He leído nuevos libros, ha recibido cartas, ha estado enfermo. Perseguir mozas, urdir negocios, conquistar puestos, querer salvar a la patria, eso no cuenta.
Su vida es sencilla y simple. Es una vida que casi no ha sido vivida y que, externamente, no ofrece resquicio alguno por donde haya podido penetrar lo que de la Vida reflejan sus poemas. Personalmenmente, es un hombrecillo bondadoso y afable. Es, en este sentido, un contraste con el ambiente envenenado de los corrillos literarios y con el tono beligerante y polémico del arte nuevo. No se confunda, sin embargo, su sencillez acogedora con la falta de orgullo. Profundamente orgulloso es este artista, como lo revela el hecho de no haberse prodigado, de hager guardado sus cuadros y dibujos porque los estimó mediocres, aunque Teófilo Castillo, descontenta dizo crítico de arte, vió en ellos insuperablemente reflejado el paisaje de Lima; y aunque algunas de sus miniaturas tengan la pureza y el infantilismo que son tan relevantes en María Laurencin y en Norah Borges. Hay gente que se ríe de su infantilismo, de sus bagatelas. Pero en este país de vacaciones larvadas, es un ejemplo de dedicación y de continuidad. En este país de espíritus turbios, es un ejemplo de pulcritud. En este país de imitaciones, es un ejemplo de personalidad. Sobre todas las tentaciones de las circunstancias, sobre todas las inestabilidades del ambiente, nada ha sido sino poeta. poeta que nunca ha sido visto en los proscenios de los teatros y en las antesalas de los poderosos. Tímido e infantil, por otra parte, ha sido incapaz de sentirse genio, de llamar la atención con excentricidades e impertinencias; pero quizá si así hubiera procedido, habría sido tomada más en cuenta, su obra formidable. ¿Hay algo de nuestro ambiente en la poesía de Eguren? Generalmente se ha dicho que nó; y por cierto que tal afirmación es lógica Los elementos más valiosos de la obra de arte, son, además, siempre los individuales, los imprevistos. Más en algunos de sus poemas cabe reconocer ciertas huellas locales. Sin esa vida de hogar que ya el tiempo está enervando, acaso la personalidad y, por consiguiente, la obra de Eguren no tendrían explicación dentro de la realidad peruana. La vida de hacienda, nó de la hacienda moderna de tipo yanqui con maquinaria y con confort, sino la que en su edificio, en sus muebles, en su atmósfera revela el respeto a un pasado familiar, le sirve para ciertas